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OPINIÓN

Javier Turín

08/05/2015@02:00:15
Son cada vez más los que creen que hay que aprovechar las ventajas que tiene la democracia para consumar sus fines y alcanzar su propio bienestar. Y entre esos privilegiados, hasta no hace mucho, se encontraban los sindicalistas, ahora con su prestigio bajo mínimos tras los numerosos escándalos y casos de corrupción en los que se han visto envueltos últimamente.

Ramón Reig

En la vida suelen ganar los malos. Y es hora de que empecemos a ganar los buenos, aunque me temo que los buenos no ganaremos nunca a menos que le echemos a la vida las mismas agallas que le echan los malos. Y es que los buenos estamos generalmente demasiado ocupados con nuestra bondad como para dedicarnos a ser pragmáticos y listos, por eso nos han dado por ahí con frecuencia. Me temo que por ahora no hay nada que hacer porque los buenos, además de buenos, somos bastante gilipollas e individualistas, inútiles para el contubernio.