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Luces y sombras

El Parque y los intereses urbanísticos

Manuel J. Ortega

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
El Parque y los intereses urbanísticos
El futuro Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama, y así lo anunciaba la semana pasada nuestro periódico con un amplio despliegue informativo, ya forma parte del Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN), que tras ser publicado la semana pasada en el Boletín de la Comunidad de Madrid se encuentra actualmente en periodo de información pública.

Se ha dado el primer paso para hacer realidad un viejo proyecto que tiene como objetivo preservar los valores naturales de nuestra comarca, pero no lancemos las campanas al vuelo porque de momento nadie sabe cuando se dará el segundo y definitivo.
María Ángeles Martínez, portavoz del PSOE en el área de Medio Ambiente ha dicho al respecto que “abrir un periodo de alegaciones antes de la aprobación definitiva del PORN sólo es una maniobra para consolidar los derechos de los planes de urbanismo de los ayuntamientos de la zona (San Lorenzo de El Escorial, Los Molinos, Guadarrama, Alpedrete, Valdemorillo, Rascafría...), en los que se contempla la construcción de más de 60.000 viviendas en el ámbito de este Parque”.

No obstante Esperanza Aguirre y Mariano Zabía, presidenta regional y consejero de Medio Ambiente, respectivamente, ya han conseguido la fotografía junto a algunos alcaldes serranos y han manifestado su predisposición para hacer realidad cuanto antes el quinto parque más grande de España, opinión que precisamente no comparte el director de Greenpeace, Juan López de Uralde, quien no dudó en manifestar sus reservas en cuanto al futuro de este proyecto al afirmar: “Temo que la Sierra del Guadarrama, en lugar de convertirse en un Parque Nacional, se acabe transformando en un nuevo parque temático de la región”. Otra cosa que también hemos podido comprobar es que hay muchos intereses urbanísticos en juego y que las empresas inmobiliarias que han adquirido suelo en los límites del futuro parque empiezan a mostrar cierto nerviosismo al ver peligrar unos proyectos urbanísticos que en algunos casos estaban incluso consensuados con los responsables políticos de los municipios donde debían desarrollarse y, en otros, ya se habían incorporado al contenido redaccional de los PGOU que actualmente se encuentran en periodo de tramitación y que, ahora, con la presión que ejercerán distintos colectivos y los representantes de los partidos políticos de la oposición, pueden quedar paralizados. Supongo que el Gobierno regional y el director general de Urbanismo, Porto Rey, buscarán inmediatas soluciones al respecto, porque la mayoría de los ayuntamientos que pueden verse afectados por la protección medioambiental que exigirá un Parque Nacional de estas características, están regidos precisamente por alcaldes del Partido Popular, algo lógico si tenemos en cuenta que en la Sierra del Guadarrama durante los últimos comicios electorales la mayoría de los votos de los ciudadanos se decantaron por las candidaturas conservadoras. ¿Qué haría la Comunidad de Madrid si por el contrario los consistorios serranos estuviesen gerenciados mayoritariamente por el Partido Socialista? Eso no es fácil de saber, pero los tentáculos de los propietarios de suelo en ésta y otras zonas del país son lo suficientemente fuertes como para conseguir que las ideologías y las siglas de los partidos lamentablemente terminen claudicando ante la presión que ejercen las empresas promotoras. Ahí tenemos las crisis que están viviendo ayuntamientos de la Comunidad de Murcia o del litoral andaluz, donde los Ejecutivos locales presididos bien por socialistas, bien por populares, respaldaban planeamientos urbanísticos tan desproporcionados como para transformar núcleos de población que apenas superan actualmente los 1.000 habitantes, en localidades con miles y miles de viviendas junto a atractivos campos de golf, sin tener unas infraestructuras dignas y ni siquiera agua potable para atender la demanda de los actuales residentes. Y es que el dinero, queridos lectores, mueve muchas voluntades. En nuestro entorno, y retomamos con ello el tema inicial, el Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama debe servir para frenar de una vez por todas el desmadre urbanístico que ha venido sufriendo nuestra comarca en las dos últimas décadas. Y aquí, al hablar de responsabilidades políticas, bien se podría decir aquello de que el que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Salvo alguna que otra excepción, nuestros políticos, sean del PP o del PSOE, continúan dando prioridad al área de Urbanismo en detrimento de la de Medio Ambiente y se sienten más complacientes a la hora de conceder una licencia de obras que cuando deben ceder terrenos para un centro educativo. Y es que, sobre todo en la Sierra, si no fuese por las promociones de viviendas y sus correspondientes plusvalías ¿qué Consistorio iba a ser capaz de mantener sus actuales presupuestos económicos o soportar nóminas como las que perciben algunos asesores, personal de confianza y ediles y que superan en muchos casos los 6 millones de euros anuales? En fin, que aquí y si alguien no lo remedia, (¿será el Parque Nacional?), el día menos pensado recalifican La Pedriza.
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