Carta al alcalde de El Escorial

Sr. Alcalde: en los últimos tiempos he recibido dos cartas de ustedes -dinero para propaganda no parece faltarles-; la primera me daba la razón cuando les tildé de mentirosos, puesto que nos anuncia que van a realizar una reforma que ya se habían atribuido en la prensa meses antes. Por cierto, del cierre temporal de esa instalación fuimos avisados los usuarios el día de antes, mediante llamada telefónica, por un trabajador del polideportivo.

La segunda explica el por qué de haber interrumpido nuestro trabajo en medio de una temporada, lo que demuestra el absoluto desconocimiento de lo que tiene entre manos quién tomara esa decisión, sobre todo cuando podían haberla efectuado en los meses en que el uso de la instalación es menor. Y la razón no es otra que llevar a cabo el acto de la propaganda inaugural antes de las elecciones del 9-M. Han copiado muy pronto ustedes las repetidas inauguraciones que lleva a cabo su jefa, doña Espe-culación Aguirre. Tal vez sea lo único que han hecho en estos 10 meses. Bueno, eso y convertir el encuentro de las calles Alfonso XII y Gómez del Campo en un auténtico basurero. Todo menos pensar en nosotros, los usuarios.

Ambas cartas son una demostración de lo que lleva sucediendo últimamente en el polideportivo: la falta de ideas sobre cómo se dirige una instalación deportiva; el capítulo de personal se rige por la actitud caprichosa y dictatorial; se vulnera el convenio y se amenaza a los trabajadores con la privatización. El amiguismo, desde el primer día, ha presidido las relaciones con usuarios y trabajadores -en ocasiones gente de fuera ha puesto los horarios a los de dentro-. Por último, la estupidez de cambiar los colores de las bicicletas que se han adquirido recientemente: el rojo original por el naranja.