El Parque Nacional se convertirá en el quinto más grande de España
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
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Protesta de los grupos ecologistas el miércoles en El Paular (Foto: C. V.) |
El Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama tendrá en su vertiente madrileña una superficie de 34.500 hectáreas, que se complementarán con una zona de preparque de 41.000, la cual tendrá igualmente la máxima protección medioambiental y abarcará el Parque Regional de la Sierra de Guadarrama y el Monte Abantos, al que se asigna la nueva figura de Paisaje Protegido. Además, se crea una zona de transición de 25.000 hectáreas. De ese modo, una de cada 10 hectáreas de la Comunidad de Madrid tendrá la máxima protección medioambiental.
Todo ello queda recogido en el Plan de Ordenación de Recursos Naturales presentado el miércoles por la presidenta regional, Esperanza Aguirre, en compañía del consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Mariano Zabía, y el responsable de la redacción del Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN), Eduardo Martínez de Pisón, en El Paular.
37 municipios
Para lograr este nivel de protección, se establecen limitaciones urbanísticas que garantizan la conservación del territorio de los 37 municipios incluidos en esta iniciativa. Aguirre ha prometido a los alcaldes de estas localidades que las restricciones al crecimiento de estos pueblos no supondrán un perjuicio económico para ellos, asegurándoles “el adecuado nivel de garantía económica” para que las “limitaciones a los crecimientos urbanísticos” que supondrá la protección de la zona sean compatibles con que la vida en esos pueblos “no solamente no se extinga, sino que tenga pujanza, futuro”.
La preservación de estos parajes naturales se hará compatible con los actuales usos tradicionales (madera, ganadería, leña...) y recreativos (senderismo, turismo sostenible, montañismo). En este sentido, las instalaciones para la práctica de deportes invernales se mantendrán, pero no se podrán ampliar. En las zonas de parque y preparque no se podrá urbanizar ni tampoco instalar parques eólicos y vertederos. Mientras, en el ámbito denominado de transición la edificación sólo estará prohibida en los terrenos protegidos y en aquellos cuya superficie arbolada supere el 30 por ciento. Cuando en la zona de transición se den las condiciones para construir, los edificios tendrán como máximo dos alturas y deberán estar en continuidad con los cascos urbanos ya existentes. En esas 25.000 hectáreas se permitirá además la implantación de industrias (pymes), aunque sólo en suelos autorizados y con determinadas condiciones medioambientales. De ese modo, indican desde la Comunidad de Madrid, la Sierra estará resguardada y formará parte del quinto parque nacional en superficie, sólo contando con su vertiente madrileña, aunque podría situarse en el cuarto lugar al incorporar la superficie correspondiente a Castilla-León (Segovia), una circunstancia que “garantiza”, subrayó Aguirre, la “proyección internacional” de esta iniciativa.
11 ecosistemas diferentes
Un espacio de más de 75.000 hectáreas que albergarán 11 ecosistemas diferentes, entre los que se encuentra el de alta montaña mediterráneo, que hasta ahora no existe en ningún otro parque del país. En total, más de 30 tipos diferentes de vegetación, más de 1.500 variedades de flora y cerca de 1.300 especies animales, de las que 13 se hallan en peligro de extinción. Una zona de inmensa riqueza ecológica donde los humedales tienen una especial importancia. El consejero Mariano Zabía recordó también que, en cuanto a recursos hídricos, el ámbito que abarca el PORN está atravesado por tres ríos (Lozoya, Guadarrama y Manzanares), que completan el paisaje de fondos de valle, pastos, dehesas y extensos bosques de pino silvestre, roble y encina.
Concretamente, el PORN del futuro Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama en su vertiente madrileña establece una protección para toda la espina dorsal de la Sierra, desde los montes de Santa María de la Alameda, al sur, hasta Somosierra, en el extremo norte de la región. La zona protegida se extenderá desde las cumbres de las montañas hasta las faldas inferiores e incluso valles completos como el del Alto Lozoya, y llegaría hasta San Lorenzo de El Escorial por el sur, Manzanares y Soto del Real por el este, y La Cabrera por el norte. En el caso de la zona propuesta como parque la cota mínima se sitúa en El Paular, con 1.150 metros y la máxima, de 2.428 metros en el Pico de Peñalara.
Más de tres años de trabajo
Este proyecto se inició en septiembre de 2002 de manos del que fuera presidente regional, Alberto Ruiz Gallardón. Tras el trabajo dirigido por el catedrático Martínez de Pisón, el jueves se publicó en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid (BOCAM) el PORN, lo que abre el periodo de información pública, fase donde la presidenta autonómica pidió que “participen y colaboren” en este proceso de alegaciones tanto los alcaldes, como los que viven y trabajan en la Sierra como aquellos que sean “amantes y defensores” de la misma, sean madrileños o no.
Por su parte, el consejero de Medio Ambiente indicó que en su día habrá que “establecer el sistema de gestión conjunta” entre la Comunidad y el Estado para este nuevo Parque Nacional y advirtió de que Madrid no aceptará que haya “parques de primera y de segunda”. Así, exigió “equidad e igualdad de trato” y dijo aspirar a que el de la Sierra de Guadarrama obtenga la financiación “media” que actualmente transfiere el Estado a los parques nacionales.
Carlos Fernández Carriedo, consejero de Medio Ambiente de Castilla y León
“Los ámbitos temporales son diferentes”
La propuesta presentada el miércoles por la presidenta de la Comunidad de Madrid tendrá que completarse ahora con la de Castilla y León, en donde los trabajos para la redacción del PORN en la vertiente segoviana acumulan aún un cierto retraso. Una vez conocido el planteamiento del Ejecutivo madrileño, el consejero de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, Carlos Fernández Carriedo, disipó cualquier tipo de duda y señaló que “es plenamente compatible” con las ideas de su comunidad autónoma. Fernández Carriedo hizo referencia a la necesidad de que Castilla y León y Madrid mantengan la unidad ambiental del futuro Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, tanto en los límites como en las figuras de protección. Además, se mostró partidario de que las medidas para la protección de la biodiversidad sean coherentes, buscando también fórmulas de colaboración y de gestión coordinada en el día a día para garantizar esta “unidad ambiental” del parque. El consejero castellanoleonés añadió que se había reunido recientemente con Mariano Zabía para analizar los criterios de actuación, destacando el alto grado de coincidencia, si bien matizó que ambas comunidades no pueden coincidir en los tiempos, ya que las legislaciones son distintas. De hecho, dijo, Castilla y León, tiene una Ley de Espacios Naturales que no hay en la Comunidad de Madrid. Finalmente, López Carriedo, al igual que hizo Zabía horas antes pidió que el de Guadarrama tenga la misma financiación que el resto de parques nacionales, indicando que “no parece razonable que hubiese parques nacionales con financiación de primera y de segunda en función del momento en el que se han asumido las competencias”.
Grupos ecologistas, PSOE e IU coinciden en que la propuesta de la Comunidad no es suficiente para frenar el “asalto inmobiliario” a la Sierra
Las reacciones a la propuesta de la Comunidad de Madrid no se hicieron esperar, coincidiendo en las críticas los grupos de la oposición (PSOE e IU), así como las principales organizaciones ecologistas. Éstas, en un comunicado, manifestaron que el Plan de Ordenación es “escaso, deficiente y no frena el crecimiento urbanístico en la Sierra, además de incumplir el Plan Director de Parques Nacionales y no ser una mejora para la conservación de los recursos naturales de la zona”. Según estos grupos, el PORN elaborado por el Gobierno regional no aporta más protección de la ya existente y temen que “una gestión inadecuada de los usos, actividades y recursos de la Sierra y su entorno perjudique de forma irreversible sus valores naturales”.
El director de SEO/BirdLife, Alejandro Sánchez, dijo que “es inaceptable que la Comunidad se empeñe en permitir la caza, la pesca, las explotaciones forestales y mineras dentro del ámbito de los límites del Parque Nacional”, explicó. Otro de los puntos criticados por los ecologistas es el “crecimiento urbanístico desmesurado” en la mayor parte de los 37 municipios del ámbito del PORN, asegura Theo Oberhuber, de Ecologistas en Acción. Por su parte, el director de Greenpeace, Juan López de Uralde, “teme que la Sierra de Guadarrama, en lugar de convertirse en un verdadero Parque Nacional, se acabe transformando en un nuevo parque temático de la Región” mientras que el secretario general de WWF/ADENA, Juan Carlos del Olmo, tachó de “muy escasa” la superficie propuesta para el futuro parque. “No llega al mínimo necesario para asegurar la conservación de las grandes especies amenazadas como el águila imperial o el buitre negro, e incluso el lobo en un futuro. Además las zonas de reserva son mínimas y de dudosa viabilidad, por lo que deberían ampliarse, al menos, a todo el macizo de Peñalara, a la Pedriza y a las turberas de Oteruelo”, concluyó.
Desde el PSOE, su portavoz en materia de Medio Ambiente, María Ángeles Martínez, expresó que el anuncio hecho por Esperanza Aguirre de que se abrirá un periodo de alegaciones antes de la aprobación definitiva del PORN “sólo es una maniobra para consolidar así los derechos de los planes de urbanismo de los ayuntamientos de la zona y que prevén la construcción de más de 60.000 viviendas en el ámbito del futuro Parque Nacional”.
Finalmente, Izquierda Unida indica que esta propuesta no sólo no es útil para frenar el “asalto inmobiliario a la Sierra” y sus aledaños, sino que puede incentivarlo. “Lo más preocupante no es tanto lo que se tiene programado para lo que sería el Parque propiamente dicho, como lo que se está fraguando en las zonas periféricas o de transición”, señalan desde IU. En este sentido, el coordinador de la coalición, Fernando Marín, lamentó que la propuesta “no contemple la inclusión de la Sierra del Rincón por el norte y de los municipios serranos en torno a la A-6, y que al mismo tiempo se hayan inventado extrañas figuras de protección para no interferir en los desarrollos urbanísticos de numerosas localidades serranas, como San Lorenzo de El Escorial, Los Molinos, Guadarrama y Rascafría”.