Continúan las deportaciones entre España y Brasil
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Dos nuevos casos de turistas españoles con entrada denegada al Brasil se ha producido esta mañana. Denuncian trato vejatorio de la Policía Federal carioca ya que los dejaron incomunicados e insinuaron que viajaban por turismo sexual.
Iban a pasar la Semana Santa en Brasil, un destino hasta ahora idílico. Esperaban encontrar sol, playa y diversión. Sin embargo, vivieron una auténtica pesadilla. Ser españoles no les abrió ninguna puerta sino que les dieron un portazo en las narices.
En plena crisis por las deportaciones entre España y Brasil, otros dos turistas fueron devueltos sin contemplaciones a nuestro país, a pesar de que cumplían con todos los requisitos de entrada.
A. C. y J. L., que prefieren no desvelar su identidad, denuncian el trato vejatorio e intimidatorio de la Policía Federal brasileña. Los agentes les quitaron el móvil, insinuaron que viajaban por turismo sexual e incluso les pidieron que abriesen su ordenador en busca de fotos de 'crianças'.
"El trato fue inquisitivo. Nos dejaron indefensos e incomunicados. Los policías no hacían más que meternos miedo. Obligaron a mi amigo a que les diese la clave de su ordenador y le pidieron que les enseñase fotos de crianças, como si fuese un proxeneta", relata A. C..
Represalia y venganza
Los agentes no se anduvieron por las ramas y, en todo momento, les comentaron que estaban aplicando medidas de reciprocidad. Los policías cariocas les recordaron el caso de Janaina Agostinho, la joven brasileña que fue deportada tras permanecer una semana en el aeropuerto de Barajas, como ejemplo del trato que reciben sus compatriotas en España.
"Fue una represalia. Yo intentaba explicarles que soy un ciudadano corriente. No se puede iniciar una venganza contra españoles que no tenemos nada que ver. Éste es un tema político que tienen que resolver urgentemente", explica el joven, que ha viajado en otras ocasiones a Brasil sin tener ningún problema.
A. C. y J. L. salieron el sábado en el vuelo de Iberia 6821 con destino a Sao Paulo. Cada uno llevaba 3.000 euros en el bolsillo, su billete de vuelta cerrado, tarjetas de crédito y una carta de invitación del español en cuya casa se iban a alojar.
Según su relato, el control de pasaportes en el aeropuerto lo lleva una empresa de seguridad, pero en cuanto se les presenta un documento español avisan a la Policía Federal. "Enseguida apartan a los españoles. Vimos a muchos con problemas, pero, al final, lograron pasar", relata el turista.
Sin embargo, ellos no corrieron esa suerte. Enseguida se dieron cuenta de que los agentes no hacían más que buscar excusas para impedirles la entrada. Primero consideraron que la cantidad de dinero que llevaban era demasiado elevada y luego, empezaron a sembrar dudas sobre la casa de su amigo, en la que se iban a alojar.
Al final, insinuaron que eran turistas sexuales y les acusaron de atentar contra los intereses nacionales. Finalmente, y gracias a las gestiones de Iberia, sólo pasaron una noche en la sala de deportados y pudieron regresar al día siguiente a España.
A. C. se muestra indignado con las palabras de la secretaria de Estado para Iberoamérica, Trinidad Jiménez, quien aseguró que el problema "ya está resuelto" y ha querido contar su caso para que los españoles que viajan al país carioca sepan a qué atenerse.
Desde el Ministerio de Asuntos Exteriores advierten en su web de que las autoridades brasileñas están aplicando con mayor rigor los controles de inmigración y recomiendan a los turistas que antes de viajar se informen en la Embajada y Consulados Generales de ese país en España sobre los requisitos necesarios para entrar.
En las últimas semanas más de 20 españoles han sido devueltos. Las deportaciones no están afectando a los turistas que viajan con un paquete cerrado de una agencia, pero sí a los que vuelan por cuenta propia.
Este último incidente se suma al de la hispano-brasileña Lucía Silva, a la que han impedido salir de Brasil con su hijo de 22 meses por tener pasaporte español.