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Los comerciantes ven peligrar sus negocios

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Nadie ha explicado a los comerciantes que se va a hacer (Foto: C. V.)
Nadie ha explicado a los comerciantes que se va a hacer (Foto: C. V.)
“En dos semanas mis ingresos se han reducido en un 80 por ciento”. Con esta frase, Adolfo Lameiras, dueño de un videoclub ubicado en la plaza de los Cuatro Caños de Villalba Pueblo, resume su inquietud ante el futuro de su negocio.

Este empresario ha visto cómo las ventas han disminuido drásticamente desde que el Ayuntamiento cortase las calles que dan acceso al casco antiguo para acometer las obras de remodelación de dicha plaza.
“Los comerciantes del Pueblo vivimos de la gente de las urbanizaciones, y si ellos no pueden entrar nosotros no vendemos”, asegura Lameiras. Otro comerciante de la zona explicó a El Faro del Guadarrama que los accesos para llegar son “tortuosos y además no los conoce nadie que no sea de aquí, sobre todo desde que hicieron peatonal la calle del Estanco, por eso la gente se baja hasta Carrefour a hacer su compra; es más fácil aparcar, y sobre todo llegar”. La indignación de un hostelero es absoluta, porque “aquí no se puede llegar ni a tomar un café. Además, no ha venido nadie a explicarnos qué es lo que se va a hacer en esta plaza. Si queremos saber algo más nos tenemos que ir a una copistería que está cerca de Honorio Lozano a que nos den un plano, y ahí te las apañes”.

Poca información
El malestar por la poca información es generalizado; el dueño del videoclub asegura haberse acercado hasta las dependencias municipales “para que nos explicasen qué se va hacer y cuándo lo terminarán, y lo único que nos dijeron es que para las fiestas de San Antonio tendríamos una plaza nueva. No sabemos si se va a poner la fuente o no, o si esta zona también va a ser peatonal. No nos han informado de nada”.

De la falta de información también se queja una vecina del Mirador, que todos los días acude hasta esta zona de Villalba para realizar sus compras. “Un día apareció un folio pegado en la fachada del Capricho en el que simplemente ponía que se estaban realizando unas obras, nada más”. Finalmente el dueño de una churrería de la plaza expresó su preocupación porque “aunque no sé si la plaza quedará mejor o peor, de momento mis ventas han bajado más de un 30 por ciento. Antes había más vida y ahora esto está muerto”. Los comerciantes reivindican ayudas municipales para paliar los próximos tres meses que serán “muy duros”.
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