Quique, en la memoria

Sea como fuere, la muerte de Quique Blas ha conmocionado Collado Villalba y gran parte de la Sierra. Más de mil personas colapsaron el Tanatorio villalbino el pasado lunes desde las seis de la tarde. Entre familiares, amigos, deportistas, trabajadores del Ayuntamiento, vecinos y miembros de la Federación Madrileña de Voleibol, entre otros, el recinto funerario se quedó pequeño. Si hubo una mínima noticia que mitigara la tragedia, esa fue la propuesta del Club Voleibol Collado Villalba al concejal de Deportes, José María López Hurtado, para que la futura Ciudad Deportiva lleve el nombre del alma máter del voleibol. En señal de duelo, todos los equipos del club llevarán brazalete negro el resto de la temporada y se guardarán minutos de silencio en todos los partidos de este fin de semana.

Quique Blas llevaba 23 años trabajando en el Ayuntamiento. Junto a José Antonio Capilla y Segundo López, director y subdirector de Deportes respectivamente, formaba el terceto clave que vertebraba desde el inicio de la Democracia el Deporte en Villalba. Entrenador nacional y seleccionador cadete de Madrid, Quique Blas creó el Club Voleibol Collado Villalba, lo estructuró, lo dinamizó completando la escalera de categorías y lo llevó a divisiones nacionales. Uno de sus equipos cadete fue cuarto de España a finales de los ochenta. Compaginaba su gran pasión con la de técnico municipal. Su última aportación en este apartado fue la organización de las Olimpiadas Escolares, en las que participaron más de mil niños. El ex seleccionador nacional, Ricardo Pérez, tuvo una influencia decisiva en sus dotes de entrenador, tarea en la que no se le recuerda una mala temporada. Desde el domingo 8 de enero, forma parte del santoral del Deporte villabino, junto a su amigo Martín Soria, el atleta Rafael Jiménez, el karateca Rubén Sánchez...