Crisis ganadera

Para los criadores de bravo, el momento es malo porque las empresas no parecen estar dispuestas a tener que asumir ellas está subida, teniendo que pagar más por el precio de una corrida de toros o una novillada. Los organizadores de espectáculos pueden asumir en parte este gasto, pero no para pagar ellos las consecuencias de esta crisis.

Lo que puede pasar
¿Cómo puede afectar este problema al desarrollo de la temporada? Pues posiblemente el ganadero en muchas plazas menores no remate el toro como debiera, de modo que no estará lo suficientemente apretado de carnes como tendría que estar. Esto afecta, como siempre, a las plazas principalmente de tercera porque en las de primera ya se sabe que el toro seguirá saliendo como es costumbre.

En el caso de un ganadero echando el mismo pienso que el pasado año, su bolsillo se resiente, por lo que es posible que ahora quiera ahorrarse algo. El precio del toro de lidia ha subido muy poco en los últimos años, pero ¿quién asume el problema y quién coge el toro por los cuernos? El aficionado tampoco puede pagar el pato. El precio de las entradas es muy elevado y no puede seguir subiendo, ya que eso provocaría el público no fuera a las plazas.

Un gran coste
Esto puede hacer también que muchos ganaderos se aburran y tiren la toalla al no poder asumir los muchos gastos que deben afrontar. Criar un toro durante cuatro años tiene un gran coste y eso es algo que todos sabemos.

El colectivo está muy afectado y hay cierto malestar y temor. Esperemos que el Gobierno colabore con ayudas presupuestarias al sector para paliar en parte este gran inconveniente con que empieza la temporada en 2008.