8221 | Julia Ramos - 08/02/2008 @ 11:57:43 (GMT+1)
Mire Vd., joven ciudadana: "la caridad bien entendida, empieza por uno mismo", y "respeta, y serás respetado", me enseñaron. ¿Quien le prohibe a Vd. tener los hijos que quiera?. ¿Alguien le prohibe a Vd. que se case con un varón, tenga sus hijos y forme su propia familia?. Yo, que me crié sin padre desde niña, ¿no tenía una familia?. Yo, que no tengo hijos, ¿no soy una familia junto a mi marido?. ¿Quién le impide a Vd. llevar a sus hijos al colegio que desee?. ¿Quién le impide a Vd. profesar su fe y celebrar sus cultos?.
A ver si ahora va a resultar que quienes abogamos por otra cosa, sin obligar a nadie, quienes pensamos que familia es todo núcleo de personas que conviven y crean lazos, sin distinción de sexos, religión, etc., quienes pensamos que la mujer tiene derecho a decidir sobre los hijos que quiere tener y a disponer de su propio cuerpo y que no vemos nuestro cuerpo como una fábrica de seres humanos; quienes pensamos que la mujer no es una máquina de parir ni el matrimonio es para tener hijos; quienes pensamos que la educación pública, la que pagamos todos, tiene que ser laica, sin confesionalidades ni religiones; quienes pensamos que la educación en una determinada creencia debe ser sufragada por quienes profesan esa creencia, y quienes pensamos que los actos de culto deben ser privados, ¿no somos normales?, ¿no buscamos el desarrollo de la sociedad?, ¿buscamos la destrucción de la sociedad?.
Respeto, pero para todos. Y aunque me he criado solo con madre y hermano, desafortunadamente para nosotros, no me considero con ninguna tara ni falta de desarrollo físico-psíquico. Y mi familia, la que formo con mi marido, tampoco adolece (en gran medida) de fallo alguno que no pueda subsanarse con amor, comprensión y diálogo. Eso es lo que a muchos les falta...