Más de 100 ballenas salvadas por Greenpeace
|
Ballenas nadando cerca del barco Esperanza en la Antártida (Foto: Greenpeace) |
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
El barco de Greenpeace Esperanza se ha visto obligado a volver a puerto debido a la escasez de combustible tras llevar dos semanas impidiendo que la flota ballenera japonesa cazara ballenas en el Santuario Ballenero Antártico.
En una persecución de 4.300 millas náuticas, el Esperanza ha pasado catorce días persiguiendo al buque factoría de la flota ballenera, el Nisshin Maru. Sin él, el resto de barcos de la flota no pueden operar, por lo que todo el programa de caza ha estado detenido todo este tiempo.
Se estima que la flota ballenera necesita capturar aproximadamente nueve rorcuales aliblancos y un rorcual común cada día para alcanzar la cuota auto-asignada de casi mil ballenas. Por tanto, durante los catorce días que el Esperanza ha permanecido junto al Nisshin Maru, 140 ballenas no han tenido que enfrentarse a los arpones japoneses.
En una declaración transmitida por radio al Nisshin Maru, el responsable de la campaña contra la caza de ballenas de Greenpece Japón, Sakyo Noda, declaró: “creemos que su barco tiene orden de Tokio de no permitir que nadie sea testigo de su falso programa científico. Cada una de las personas que están a bordo de su barco deben preguntarse por qué, si no hay nada que ocultar, necesitan esconderse del escrutinio público”. Noda hizo un llamamiento para que la flota abandonara la caza y emprendiera la vuelta a Japón.
Las protestas pacíficas emprendidas por Greenpeace en el Océano Antártico contra la caza de ballenas han recibido una considerable atención en Japón y tanto los medios de comunicación como el público nipón comienzan a cuestionarse si es justificable el enorme gasto público que supone cazar ballenas para generar toneladas de carne que nadie quiere consumir.
”Aunque el Esperanza debe volver a puerto, la campaña para detener la caza de ballenas en el Santuario Ballenero Antártico está lejos de haberse terminado” -ha declarado María José Caballero, responsable de la campaña de Océanos de Greenpeace España. “La presión que se ha creado en alta mar debe ser ejercida ahora por empresas, gobiernos de todo el mundo y los propios japoneses contrarios a la caza de ballenas”.