El Villalba despide a Castro en plena crisis y ya es farolillo rojo
Florentino Martínez justifica la decisión diciendo que “el jugador no estaba a gusto y nosotros con él tampoco”
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
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Castro hace estiramientos en el partido ante el Pozuelo (Foto: R.M. PEÑA) |
Ángel Castro dejó de ser jugador del CUC Villalba el pasado martes de forma oficial, aunque la no convocatoria del jugador para la jornada de Reyes ante el Navalcarnero ya había dado pistas. Castro vio el partido desde una grada en la que los socios se preguntaban por la ausencia del delantero en la lista. La conversación de éste con el director deportivo en el descanso añadió más suspense si cabe, hasta que el propio José Torres confirmó el despido de forma oficial el miércoles. La noche antes, en la Ciudad Deportiva, Florentino Martínez comunicó a Castro su despido nada más regresar de un viaje que le impidió asistir al partido con el Navalcarnero. “El jugador no estaba a gusto y nosotros con él tampoco. No queremos a gente que no se sienta a gusto en el Villalba. Es un jugador que igual tiene más calidad que los demás, pero que también debía entrenar como los demás. Aquí hay jugadores que se parten el pecho y que juegan hasta lesionados, y esos son el ejemplo a seguir”. Las palabras del vicepresidente justificaron una decisión que el propio Castro califica de “mutuo acuerdo”. “Ellos me dicen que no están a gusto conmigo y yo tampoco lo estoy. Me deben dos meses y medio y en esas circunstancias es difícil que un jugador se sienta cómodo”, expuso el ya ex delantero del Villalba. Fuentes consultadas por este semanario confirman que la raíz del problema es, en efecto, económica y aseguran que la ruptura se produce cuando el delantero reclama el dinero atrasado, en concreto las nóminas de noviembre y diciembre, y el club se niega a pagarle en ese momento. La versión concuerda con la teoría de la falta de liquidez en el club, motivada en parte porque el CUC Villalba aún no ha cobrado la subvención anual de 60.000 euros.
Los flecos económicos con Castro se resolverán la semana que viene, según el propio futbolista, que espera cerrar el asunto para poder fichar por otro equipo. Lo podrá hacer al no haber agotado el cupo de cinco partidos con el Villalba. Castro ha jugado sólo cuatro, debido a su tardía llegada al equipo, a mediados de septiembre, y a una lesión crónica en el pie. Sólo jugó un día en plenas facultades, cuando marcó dos goles que sellaron el 3-2 ante el Villaviciosa. “Fue el día más feliz con diferencia, porque en estos cuatro meses han pasado cosas muy raras. De todas formas, esto son cosas que pasan y me voy a bien con la gente. Nunca he sido un jugador conflictivo y sólo espero tener más suerte a partir de ahora”, concluye un jugador que suma su polémica salida del Villalba a la delicada situación que tuvo que vivir en el Cobeña, cuando el club desapareció por impagos a la totalidad de la plantilla.
Sin fichajes invernales
Desde el club se apunta a que la baja de Ángel Castro no será cubierta con otro fichaje. “Sólo nos moveríamos si se nos pone a tiro algo de calidad y a buen precio, pero lo veo difícil”, dice Florentino Martínez, que además confirma a Luis Bertó en el banquillo hasta final de temporada, pese a que se han ofrecido al club entrenadores como Carlos García Cantarero, ex del Atlético de Madrid, y el manchego Yoyo Ocaña, el técnico que ascendió al Guadalajara a Segunda B. Por ese lado tampoco habrá cambios salvo nueva orden, “porque económicamente tampoco estamos como para tirar cohetes”, insiste Martínez. Rodeado de este clima, el Villalba visita este domingo -Vereda de Ganapanes, 12:00 horas- al Unión Adarve, un rival directo por la permanencia. Las novedades en el once de Bertó pueden ser Ríos y Juanín, este último, autor del gol que redujo distancias ante el Navalcarnero. La derrota por 1-2 el día de Reyes, en la que se vieron los peores minutos del equipo en lo que va de Liga, provocó la caída del Villalba al farolillo rojo, un puesto hasta entonces exclusivo del Humanes. Desde ahí, el Villalba buscará espantar la crisis.