El mirador
Auténtica reconciliación
F. J. Cazorla
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Por más que se aferren, España no es ni blanca ni negra, sino mestiza. En política tampoco es ni de izquierdas ni de derechas, también existe el centro, aunque a veces latente en nuestro ‘desconocido’ interior.
Nuestro país adolece de una democracia madura, aún echamos en falta el desarrollo de más libertades que dejen a un lado tanto ‘borreguismo’ entre déspotas ‘ilustrados’ y autoritarios personajillos que impiden que germinen los auténticos derechos democráticos como son el sufragio con plena libertad, sin estar sujetos a directrices pueriles como decir: “Aquí depositad los votos azules y en la otra urna los rojos”. Hemos sufrido ya cerca de una decena de constituciones en tan sólo un par de siglos, y aún no hemos aprendido de la experiencia, porque se nos olvida la Historia, de ahí que estemos abocados a repetirla y a tropezar en las mismas piedras: o derecha o izquierda, o fascista o republicano, o canovista a sagastista, o carlista o isabelino. Mientras que en otros países progresan porque se ponen de acuerdo en los temas básicos y de interés común como la política exterior (llegan al punto intermedio de ni tan férreos con guerras ni tan blandos dando dinero sin saber a dónde va) e interior (se unen con fuerza para derrotar a los que intimidan con su terrorífica agresión a la Democracia).
Yo abogo y apologizo por secundar y seguir los pasos de aquellos países donde las listas abiertas son la tónica normal y racional que permite, no sólo para el Senado sino también para los disputados o para los concejales, ser electos por su buena gestión anterior, con independencia de su signo político, de manera más libre y democrática. De esa manera conseguiríamos una auténtica reconciliación de las dos Españas.