Una tarde en el circo

Se ha consumado, una vez más, una nueva burla y traición a los principios de participación política y de respeto a la ciudadanía -como sujeto activo, aunque mucho me temo que ya no es más que sujeto paciente-, en la intervención en los asuntos públicos de relevancia a nivel municipal en Collado Villalba, hecho este que viene delimitado por la decisión del rodillo consensuado PP/PSOE -al más puro estilo Cánovas/Sagasta- del traslado matutino, de ahora en adelante, de la convocatoria y realización de los plenos ordinarios y extraordinarios.

El asunto es grave, por cuanto con esta decisión, se pretende hurtar al vecindario la posibilidad de captar información trascendental sobre los asuntos de bien común que les interesa y afecta, así como el derecho de interpelación a los Padres y Madres del salón consistorial. Patricios se diría, una casta vulgar de dirigentes situados en lo onírico de sus sombras delirantes, proyectadas sobre sus confortables poltronas, y la realidad tozuda y tenaz de su propia incapacidad (con Z que semos demócratas correctos); muy mimados, pagan de esta manera tan mezquina y deshonesta la confianza que la población ha depositado en ellos. De esta manera tan rastrera -pues ya me dirán que sufrido viandante va a poder acudir a los plenos- tratan de acallar las voces discrepantes que ya antes poco podían hacer por perturbar su idílico sueño fastuoso, de mieles chorreantes y bordados de oro con la estampa del toro de Osborne, insigne escudo nacional (¿de una bebida alcohólica y comercial ha partido la idea de mancillar así la patria y la sacrosanta bandera?), que, ahí es nada, vela por todos nosotros y sobre todo por los bolsillos de los de siempre. Y es que, claro, ellos lo que quieren ser, aunque no lo hallan confesado, es senador/a, como los romanos, que bien mirado, son lo que mejor alzaban el brazo. Y si aptitudes no hay, pues quedémonos con sus privilegios, gollerías y regocijos -pensarán-, amén de la buena vida, que cara está hoy y no todo el mundo puede permitírselo, ¡Ja, ja!, ¡Qué guay, qué somos los más guapos¡!.

Este panorama desolador, por cómico que pudiese parecer, es lo más parecido a un verdadero, espantoso y aterrador Thriller de acción, que de no ser verdad, frivolidades aparte, sobrecogería el corazón, por obra y gracia de un plantel de genios de la interpretación que saben muy bien cual es la manera de ningunearnos: Lugar.- Salón de Plenos de Collado Villalba, supuestamente es el Ayuntamiento. Día y Hora.- la que ellos quieran; esta última vez ha tocado en jueves a las 17,30 horas. Puesta en escena.- Parecía que iban a ponerse todos a hablar y a interrumpirse mutuamente, pero no, ha sido primero el alcalde el que ha pegado el grouchñido de salida. El resto, es decir, el desarrollo de la función no tiene importancia: el pachangueo a que nos tienen acostumbrados con sus risitas y carcajadas que interrumpen a la portavoz de IU, un concejal del PP mascando chicle con gran fricción nerviosa mejor que el propio Clint Eastwood; que si te echo la mano encima del hombro señor Sierra; éste que ya ha padecido mucho el sopor de la tarde, mirando el reloj y espetando e interrumpiendo al señor alcalde asombrosamente, seguramente para que abrevie su intervención, pues es tarde ya: el susodicho Gran Padre que se cabrea otra vez y la emprende de nuevo a voces con un portavoz de la oposición por que le canta la gallina bien cantada, con motivo de la ineficacia e ineptitud en el diseño, planteamiento y seguimiento de las obras del túnel de Honorio Lozano, con nueva prórroga en el contrato de ejecución de obras.
¿Y por qué da tantas voces este señor? ¿Con estos fondos y formas pretende dar clases de democracia a todo aquel que no le da la razón? ¿Dónde está el aplomo y la seriedad requerida para tales momentos? Menudo vodevil señor González, avasallando a los débiles y arrodillándose ante los poderosos.