“Me siento engañado por Gómez Platz”

Después de pasar un tiempo deshojando la margarita hasta decidir qué coche iba a comprar, Álvaro Rodríguez Cruz, un joven vecino de Guadarrama, se inclinó por adquirir un Opel Vectra OPC 3.0 V6 Turbo, y para ello se dirigió a Gómez Platz, concesionario de esta marca en Collado Villalba, donde formalizó la operación el 29 de marzo de 2006, Ahí empezarían las pesadillas para Álvaro, porque después de satisfacer 33.000 euros (alrededor de cinco millones y medio de las antiguas pesetas), la entrega del vehículo se retrasaría cuatro meses. Pero este sólo iba a ser un mal menor.

El 26 de julio de 2006, Rodríguez recibe su vehículo después de que éste estuviese varios días en un concesionario de Zaragoza y tener que aguantar una demora importante en su matriculación. En agosto de ese año lo lleva a los talleres del concesionario al notar que puede tener un problema de dirección, puesto que el vehículo se va hacia un lado. Días después recibe una comunicación de Gómez Platz donde le anuncian que el problema ya está solucionado, pues se trataba de un ajuste del paralelo.

Continúan los problemas
Tras comprobar durante un tiempo que el problema continúa y ponerlo reiteradamente en conocimiento de los responsables del taller villalbino de Opel, sin que estos le den solución, Álvaro Rodríguez Cruz decide el 23 de agosto de este año volver a llevar el coche al citado concesionario, donde habla con el jefe de ventas sin obtener ningún tipo de solución. “Es más, me contesta mal, se niega en principio a darme una copia de la factura de pago del coche (la mía la había extraviado) e incluso me amenaza, hechos que pongo en conocimiento de la Oficina de Consumo de Collado Villalba. Bien, tras comprobar que el problema es cada vez más acuciante les vuelvo a dejar el coche después de prometerme que van a solucionar la avería. Dos semanas más tarde, es decir el 15 de septiembre, el responsable de taller me informa que no voy a poder disponer de mi coche porque no son capaces de dar con el problema y que por eso han puesto el asunto en manos de la ingeniería de Opel. Desconocen el tiempo que tardarán y pese a que el mi vehículo está en garantía se limitan a ofrecerme un Panda como coche de sustitución, negándome cualquier compensación por los gastos que toda esta historia me está ocasionando”.

A los tribunales
Rodríguez está a punto de perder los nervios, pero se lo toma con calma y espera a que le vuelvan a llamar. Esto sucede a primeros de octubre, le dicen que se trataba de un problema de las ruedas y por eso se las han cambiado, pero cuando acompañado de un mecánico lo prueba vuelve a comprobar que todo sigue igual. “Incluso peor, porque además observo que las llantas de las ruedas están muy deterioradas y que en las alfombras hay varias colillas tiradas, hechos que denuncio tanto en el concesionario como en la Oficina de Consumo”.
“Desde entonces han pasado casi dos meses”, nos dice Álvaro Rodríguez, “y a día de hoy aún no he tenido noticia alguna, por lo que he optado por poner todo este asunto en manos de un abogado para que sean los tribunales los que decidan al respecto”.

Mientras tanto, Álvaro está sin coche. Bueno, tiene un Panda que dista mucho de su flamante Opel V6 de 33.000 euros, y hace esfuerzos por no exteriorizar su enfado “Parece una tomadura de pelo y por eso tengo que decir públicamente que me siento engañado por los responsables del concesionario de Gómez Platz”.