Conducir por las principales arterias de barrios como El Gorronal y la Estación se ha convertido en una odisea para los conductores, sobre todo en lo relativo a las vías de doble sentido. Por ejemplo, cuando dos turismos coinciden en la calle Asturias, uno tiene que parar para facilitar la maniobra de cruce. Pero si uno de los implicados es un camión o una furgoneta, sólo queda el recurso de invadir la acera, como demuestra la imagen anexa. La situación, que no es nueva, pronto se verá agravada por la pérdida de plazas de aparcamiento motivada por la venta dos parcelas, situadas entre las calles Goya y Asturias; dos aparcamientos pertenecientes a particulares, que absorbían entre 70 y 90 coches, pronto se convertirán en pisos. De hecho, la de Goya ya ha sido tapiada. La presión urbanística en El Gorronal, unida al aumento del parque automovilístico y a la antigüedad de unas viviendas construidas en épocas en las que el Plan General de Urbanismo no obligaba a dotarlas de plazas de garaje, son las causas que han colmatado el barrio. El Ayuntamiento ha encarado la situación ordenando la elaboración de un PERI (Plan Especial de Reforma Interna) que actualmente está en fase de estudio. El plan se enfrenta al gran problema de la ausencia de suelo público.
El tráfico rodado no es el único que sufre las consecuencias. Los peatones denuncian las dificultades para transitar por aceras plagadas de obstáculos, como farolas y papeleras.
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