En agosto, más accidentes

El coste en vidas humanas, los gastos sanitarios y de seguros, y la desmoralización social que provocan los accidentes de tráfico en España exceden en mucho los límites razonables de cualquier sociedad que se precie de moderna.
Últimamente, la Dirección General de Tráfico anuncia el uso de radares instalados en helicópteros para combatir los excesos de velocidad, una de las principales causas de mortalidad en las carreteras secundarias. Servirán para poner más multas, seguro, pero dudo que permitan reducir la macabra lista de accidentes, por lo que continuaremos teniendo la impresión de tratarse de medidas más recaudatorias que efectivas.

Los poderes públicos tienen, sin duda, una parte importante de responsabilidad, entre otras razones por el estado de las carreteras, sobre todo en la red secundaria. Es verdad que a veces las campañas de la Dirección General de Tráfico tienen cierto aire de propaganda, de igual forma que es el afán recaudatorio lo que parece inspirar algunas medidas puestas últimamente en marcha. Si no se cambia esta imagen, difícilmente se producirá una concienciación de la sociedad y los poderes públicos han de saberlo para reaccionar adecuadamente.

No obstante, las campañas de sensibilización deben continuar, aunque también será necesario, como hemos apuntado anteriormente, tomar medidas en otras direcciones.