El próximo 11 de febrero se cumple el centenario del nacimiento de la gran dama del teatro y el cine español, Amparo Rivelles. FlixOlé homenajea el legado de la actriz con una colección compuesta por más de 20 películas y series que repasan su carrera, deteniéndose en los éxitos que protagonizó, los títulos más recordados que rodó en México, así como los últimos proyectos en los que trabajó en la pequeña y gran pantalla. La plataforma ofrecerá también en su web material inédito sobre las películas en las que intervino, con guiones, fotografías, carteles y pressbooks procedentes del extenso archivo de la distribuidora Mercury Films.
Matriarca de una de las familias más importantes de las artes escénicas, Amparito, como solían llamarle, fue la estrella de la gran pantalla durante los 40, década en la que portó la antorcha de los éxitos de CIFESA y encabezó las superproducciones de la compañía de Cesáreo González, Suevia Films. En clave internacional, trabajó con Orson Welles y Tulio Demichelis, y se convirtió en la reina de las telenovelas mexicanas.
Tras una estancia en el país azteca que se extendió más de 20 años, Rivelles regresó a su España natal, donde, además de participar en nuevos proyectos de cine y televisión, sumó numerosos reconocimientos: fue la primera mujer en alzarse con el Goya a Mejor actriz, obtuvo el Premio Nacional de Teatro, recibió la Medalla de Honor del Círculo de Escritores Cinematográficos y, en 2006, la Estrella en el Paseo de la Fama de Madrid.
Todas las etapas de este icono del cine español las recorre FlixOlé en ‘Centenario Amparo Rivelles’, colección que la plataforma estrena este viernes 7 de febrero, en su catálogo. El especial incluye la primera película que protagonizó la actriz, con apenas 16 años cumplidos, Alma de Dios (Ignacio F. Iquino, 1941). Dicha adaptación de Carlos Arniches supuso el comienzo de un productivo ciclo de películas con Rivelles como cabeza de cartel de CIFESA.
La estrella del cine en los años 40
A Alma de Dios le siguieron otros títulos que hicieron crecer las cifras de la productora y la fama de Amparito. La intérprete fue el rostro de exitosas comedias como Eloísa está debajo de un almendro (Rafael Gil, 1943); romances en los que la compañía valenciana explotó la fugaz relación sentimental que en la vida real mantuvieron ella y el gran galán español Alfredo Mayo en Malvaloca (Luis Marquina, 1942) y Deliciosamente tontos (Juan de Orduña, 1943); así como películas de corte histórico en los que caracterizó a María de Pacheco en La leona de Castilla, o a la reina Isabel, la Católica en Alba de América (ambas de Juan de Orduña, estrenadas en 1951).
También de la mano de CIFESA, Rivelles rodó uno de los mejores largometrajes de la década: El clavo (Rafael Gil, 1944), donde interpretó a Blanca, una enigmática joven que se enamora de un magistrado que terminará por enjuiciar un caso de homicidio que la involucra. El filme fue un ejemplo de los populares melodramas en los que brilló. En dicho género destacaron el careo que protagonizó junto a otra de las estrellas del momento, Ana Mariscal, en De mujer a mujer (Luis Lucia, 1950), o la intrigante La calle sin sol (Rafael Gil, 1948); esta última bajo la firma de Suevia Films, prolífica productora con la que trabajó en títulos como la comedia de enredos Si te hubieras casado conmigo (Viktor Tourjansky, 1948).
Por circunstancias personales y profesionales, la dama del cine español cambió de aires y emigró al otro lado del charco, iniciando así una nueva etapa en la industria mexicana; no sin antes ponerse a las órdenes del mismo Orson Welles en el thriller psicológico Mr. Arkadin (1955).
Más de dos décadas en México y el regreso triunfal a España
Siendo madre soltera, continuó su trayectoria cómica en México. Allí coincidió con Tulio Demichelis, dándole éste el papel de la altiva Isabel en La herida luminosa (1956). En la misma compartió elenco con Arturo de Córdova, repitiendo ambos protagonismos en la celebrada El esqueleto de la señora Morales (Rogelio A. González, 1959). Considerada una de las mejores películas de la cinematografía mexicana, Rivelles encarnó a Gloria Morales, cuyas beatas y puritanas acciones atormentan al marido de ésta (De Córdova) hasta conducir a ambos a un trágico final.
Entre culebrones televisivos y largometrajes, pasaron 24 años hasta que Amparo regresó a España. En la decisión influyó el éxito de Los gozos y las sombras (Rafael Moreno Alba, 1981), serie que adaptó el drama rural escrito por Gonzalo Torrente Ballester y que aunaba las pasiones con los conflictos entre caciques y trabajadores.
Con anterioridad había demostrado su madura sensualidad haciendo las veces de prostituta que se encapricha de su hijastro y el profesor de pintura de éste en La madrastra (Roberto Gavaldón, 1974). No cabía duda de que su presencia en pantalla levantaba pasiones, hasta el punto de protagonizar una cómica escena subida de tono con su sobrino Luis Merlo en Hay que deshacer la casa (José Luis Gª Sánchez, 1986). Compartiendo encuadre con la también imponente Amparo Soler Leal, fue precisamente este papel el que la llevó a ser la primera mujer en obtener el Goya a Mejor actriz.
Querida por sus compañeros de profesión, y amada por público y crítica, Amparo Rivelles dejó su impronta en la historia del cine y teatro español. Una huella indeleble a la que FlixOlé rinde homenaje con un especial que incluye todos títulos citados, y muchos más, además de material de archivo.
La plataforma está disponible en Smart TV, tabletas y teléfonos IOS y Android, Fire TV, Orange TV, ZapiTV, Amazon Prime Vídeo, Movistar Plus+ y a través del ordenador, además las películas se pueden descargar para verlas sin conexión a internet en cualquier dispositivo móvil
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