“Después de la tormenta viene la calma”. Esta expresión no surge de la nada, sólo existe porque alguien prestó atención a lo que pasa después de que pasan las aguas, sale el sol, el aire fresco, nuevos brotes de la tierra. ¿Y crees en esta expresión? ¿Qué puedes extraer de este pensamiento para tu vida?
Cuando la gente observa la intensidad de las aguas, inmediatamente se sienten abrumados por el dolor y la desesperación: temen a la muerte, quieren salvar sus vidas. Cuando pasan las lluvias, los humanos respiramos con alivio y esperanza. Luego, invadido por un sentimiento de búsqueda, piensa en lo que quedó atrás. Pero también llegan nuevas expectativas. ¡Tú hoy eres tu mayor regalo!
De esta manera, se entiende que el ser humano tiene una extraordinaria capacidad para superar el dolor y los obstáculos de la vida. Pero finalmente hoy, ¿cómo estás?
Así es en la vida, todos nos enfrentamos a muchos desafíos, pero no siempre tenemos la fuerza suficiente para levantarnos después de una caída. Hoy en día estamos rodeados de muchas aguas, pero muchas de ellas son nuestras emociones atrapadas dentro de nosotros mismos. Reflexionemos:
¿Y qué estamos haciendo con los sentimientos reprimidos?
¿Por qué no decimos o ponemos fin a esa relación que ya no tiene sentido en nuestras vidas?
¿Por qué seguir en una relación que sólo tiene dolor e inconvenientes?
Muchos seres humanos estamos pasando por una realidad dura, difícil y compleja. Se dejaron llevar por las aguas sucias durante toda su vida y pensando que podían limpiarlas, acumularon basura en su interior. Están a nuestro alrededor, necesitan ayuda, pero no todo el mundo tiene la sensibilidad para verlos. Reflexionemos:
¿Cómo estás hoy después del paso de las aguas?
¿Cómo eres ante las pérdidas?
¿Cómo reaccionas ante las pérdidas en tu vida?
¿Qué importancia te das a ti mismo en esta vida?
Seamos un poco más sensibles, ya que esta persona podría estar en nuestra propia casa, podría ser un hijo, una hija, una madre, un padre, en definitiva, un amigo o unos vecinos. Queremos ser vistos, pero ¿quién de nosotros está completamente dispuesto a ver al otro? ¿Quién de nosotros busca realmente identificar el dolor del otro y brindarle consuelo amistoso? Son días difíciles para muchos seres humanos. Es urgente mirar a nuestro alrededor, dar la mano, dar un abrazo fraterno.
Nunca sabemos si mañana seremos nosotros los necesitados. El universo nos devuelve lo que le damos, dona amor y recibirás amor, no dones nada y no tendrás nada. Basta con mirar este ejemplo: ¿Cuándo ocurre el abrazo? Cuando las personas abren los brazos el uno hacia el otro. ¿Cuándo nace la sonrisa correspondiente? Cuando el primero le sonríe al segundo, éste le devuelve la sonrisa. ¿No experimentaremos mañana el dolor que otros experimentan hoy?
Vengo aquí a dejar este humilde mensaje para todos aquellos que deseen buscar alguna reflexión sobre las aguas de nuestras emociones. Al fin y al cabo, cuando cae agua de nuestros ojos decimos que son lágrimas, pero también se puede decir que es llanto, pero ¿quién puede definir qué emoción las hace caer? ¿Quién puede decir por qué cae agua de nuestros ojos? ¡Fuerza y honor mis amigos españoles!
* Uemerson Florêncio – Emprendedor (brasileño). Formador, locutor y corresponsal de opinión internacional en 4 continentes, donde habla sobre análisis del lenguaje corporal, gestión de la imagen, reputación y crisis.