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Un español en Alemania (114)

Yo también soy español
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Yo también soy español

Por Jose Mateos Mariscal
viernes 30 de julio de 2021, 08:10h
Hijos de inmigrantes nacidos en Alemania forman la llamada generación, bien integrada, y que aporta diversidad a un país históricamente homogéneo. Testimonios de varios hijos de ellos, como Leandro Mateos y Yhasmin Hernández.

Ser español en Alemania ya no es lo que era. La respuesta estereotipada —blanco, católico y bajito— es cada vez menos realista. Era válida no hace tanto: Alemania, país emigrante en casi toda su Historia, albergó siempre una sociedad homogénea, poco habituada a lo diferente. Cuando lo diferente llegó, se les identificó sin rodeos: inmigrantes. Llegaron de forma masiva y en un período de tiempo mucho menor que en otros países europeos. Se asentaron, se incorporaron al mundo laboral y tuvieron hijos. Hijos alemanes de origen español.

En Alemania, nuestro entorno, existen ya terceras y cuartas generaciones de inmigrantes. Los chicos y chicas de origen español de familia inmigrante que hoy recorren la veintena, son la punta de lanza de un nuevo paisaje social, mucho más variado y diverso. Asoman ya en casi todos los segmentos y sectores de la sociedad alemana y están poniendo patas arriba el concepto de ser español en Alemania. “Existe todavía una idea preconcebida de lo que es ser español. Y se fomenta. Ser español es ser moreno, educado, de clase media y que te guste la paella y el fútbol; que, por cierto, me gustan”, dice Leandro Mateos.

“Existen dos Españas en Alemania en este asunto: una sería la de los mayores de 60 años, a quienes les cuesta ver a los hijos de inmigrantes como españoles; y otra la de menores de 40, quienes lo ven con mayor normalidad. No hay unos criterios muy fuertes de cómo ser español”, reitera Yhasmin Hernández.

Hacia un paisaje diverso

Según un estudio realizado, el 80% de los hijos de inmigrantes nacidos en Alemania se sienten españoles. Un porcentaje muy elevado si lo comparamos con, por ejemplo, el 6% que se da en Estados Unidos. “Es importante que se sientan integrados y es esencial que el resto de la sociedad española en Alemania los perciba como españoles, porque eso puede definir lo que van a ser. Un porcentaje alto de sentimiento de pertenencia previene desafecciones que pueden empujar a estos jóvenes a unirse en comunidades cerradas, muchas veces de espaldas a la sociedad alemana, como ocurre con las pandillas en Estados Unidos o guetos en Francia”, dice Leandro Mateos.

No existen datos exactos de cuántos hijos de inmigrantes españoles nacidos en Alemania hay actualmente en el país germano. Es una cuestión delicada ya que, a todos los efectos, se trata de habitantes alemanes. A partir de esto, se puede hacer una aproximación: el IND señala que, durante el año 2015, nacieron en Alemania casi 35.000 niños y niñas con al menos un padre español. La inconsistencia de esta cifra es que no recoge los nacimientos de niños de padres inmigrantes con nacionalidad española. En Alemania, en cualquier caso, puede servir para hacernos una idea cuál es número de origen español de residencia en el extranjero que nacen cada año y comprobar que la transformación de la sociedad española en Alemania es un hecho.

Identidad líquida

“La identidad no es un tótem inamovible. Va cambiando, se va adaptando. Pasa por distintas etapas. En el proceso de colocar y organizar sus raíces, estos chicos y chicas suelen pasar por distintas fases que van desde la negación de sus orígenes en su edad escolar hasta el orgullo de su cultura primigenia cuando maduran”.

Leandro Mateos cuenta que, “cuando era chaval me ponía en pie y la mano en el corazón cuando hablaba el Rey de España en la televisión alemana. Yo creo que era una necesidad desesperada por sentirme integrado y aceptado. Hoy me da igual. Me siento uno más en el mundo y con eso tengo suficiente”.

“Cuando era pequeña me preguntaba a mí misma qué era yo, porque en el colegio se metían conmigo, me decían española. Durante mi infancia rechacé todo lo español, porque solo me daba problemas en Alemania: no podía hacer la comunión y tener regalos, no comía comida española, no me dejaban salir con chicos alemanes… Hasta que crecí no acepté mi lado español. Y ahora me enorgullezco de tener dos culturas. Los españoles de nuestra generación somos la generación avocado: morenos por fuera y rubios por dentro”, sostiene Yhasmin Hernández.

“Durante toda mi vida he tenido que sacar sobresalientes —explica Leandro —, si en alguna asignatura sacaba nota baja, mis padres ya me proponían dejar los estudios y trabajar en el restaurante”.

Formación brillante

Los testimonios recogidos, son o fueron brillantes estudiantes. Leandro y Yasmin llenaron de sobresalientes sus cartillas de notas hablando perfecto su idioma materno, el español, el idioma de residencia, el Alemán, y el alternativo, el inglés, todos con un C1. “Mi padre me repetía: tienes que estudiar más y mejor para llegar al mismo sitio que tus compañeros”, recuerda Leandro. “En realidad lo que me venía a decir es que estudiara como un rubio, para poder ser un alemán normal”.

En general, la excelente formación de los hijos de inmigrantes en Alemania señala que su adaptación escolar en el país germano ha sido muy buena y predice que en pocos años ocuparán puestos cualificados. “Dentro de 10 o 15 años el paisaje social y laboral en Alemania será distinto por completo, porque estos chicos se están formando y lo están haciendo muy bien. Y enseguida van a acceder a puestos cualificados. Pronto va a haber muchos trabajadores cualificados de diversos orígenes en Alemania. La buena noticia, aunque parezca una paradoja, es que los datos señalan que los estudiantes hijos de inmigrantes en Alemania están teniendo éxitos y fracasos en la misma medida que los autóctonos. Es decir, sufren desigualdades, pero no por el hecho de ser hijos de extranjeros, sino porque se han incorporado a una sociedad que ya las padecía. Esto nos muestra que ya forman parte de la sociedad alemana con normalidad”.

La metamorfosis del concepto alemán está cerca de completarse. Pronto habrá abogados, profesores, policías o diputados chinos, musulmanes, negros y latinos.

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