“Creo que era muy pequeña la caja de bombones que hemos llevado a la policía”. Esta frase pronunciada por mi mujer, cuando acabábamos de abandonar la Vía Layetana, donde se encuentra la sede de la Policía Nacional en Barcelona, me dejó tambaleando. Sí, efectivamente, ver cómo unas personas que tienen padres, esposas e hijos, están jugándose la vida y la integridad física de nuestra seguridad, porque les están ordenando “proporcionalidad” o no se les da los medios para defenderse, ver cómo en algunos casos estas personas podrían resolver la situación aplicando los mismos medios que tienen los que están atacando, ver cómo ahora se quieren abrir expedientes porque ciertos políticos juzgan desde sus sillones que algunos miembros de las fuerza del orden se han extralimitado en el uso de la fuerza, como si en medio de la refriega pudieran sacar la calculadora para ver si se han pasado un milímetro, sí, todo esto hizo que me sintiera ridículo y tacaño con mi pequeña caja de bombones. Por eso vuelvo sobre el tema de esta última semana. No me importa si uno piensa en separatismo y otro en constitucionalismo, no me importa a quién podrá beneficiar esta insensatez que estamos viviendo, no espero nada de ningún partido político, porque lo que está ocurriendo ahora en Cataluña hace ya 25 años que se podría prever y los partidos políticos no hicieron ni van a hacer nada por solucionarlo. Pero sí me importan unas personas que cuando salen a la calle no saben si podrán volver a abrazar a su madre o a su esposa, porque no saben si volverán íntegros o con vida, pienso en esas madres, en esas esposas o en esos hijos que están sintiendo en vivo a través de la televisión lo que están sufriendo sus padres o esposos e las calles de Barcelona. ¿Que se le va a abrir un expediente a algún policía o un mosso? Nada que objetar, siempre que el tribunal o la persona que los juzgue sea imparcial. Pero ¿para cuándo los expedientes a los políticos que los han dejado abandonados? ¿Para cuándo un expediente a tanto político fomentador del odio? Alguien deberá responder de tantos policías heridos. ¿A todo esto llamamos paz, democracia, libertad?
Si la barbarie catalana va a influir en las elecciones, y todo el mundo lo da por hecho, la policía nacional y los mossos arrasarían por goleada, si pudieran presentar juntos una lista a las próximas elecciones. No incluyo a la Guardia Civil, que al parecer -no sé si por voluntad propia o por otros motivos, está ausente del conflicto. No quiero decir con esto que la Guardia Civil no cuenta con nuestra simpatía entre la población de Cataluña. He visto los aplausos que recibían cuando pasaban esos días por la Diagonal.
La policía nacional y los mossos son las únicas instituciones que han estado a la altura de las circunstancias, son los únicos en quienes podemos confiar los ciudadanos pacíficos de Cataluña. Creo que tendré que volver a Vía Layetana con otra caja de bombones un poco mayor.