Menudo tortazo le han dado en la Calle Génova de Madrid, sede de los ‘peperos’ madrileños, a Mariola Vargas alcaldesa de Collado Villalba por ‘la gracia’ de Ciudadanos, tras el nombramiento de María del Mar Gil, exconcejala de Hacienda durante las tres últimas legislaturas y amiga ‘del alma’ de la aún regidora local durante ese mismo periodo y posteriormente convertida en enemiga acérrima, en la recta final de la misma, donde la señora Vargas, como se decía antiguamente, la persiguió ‘hasta el catre’ retirándole las áreas que le había encomendado previamente. Claro, que ya metidos en ‘harina’, hemos de decir que lo primero que hizo la regidora a su examiga fue quitarle por decreto el sueldo, después la palabra y cómo no, de la candidatura que ella encabezó el pasado 10 de mayo, y con la que obtuvo un exiguo resultado -seis concejalías-, cifra más baja del PP en la última década .
Y todo ello sucedía tras denuncia de Vargas a su edil de confianza, nada más y nada menos, ante el Comité de Derechos y Garantías del PP (cuidado, señora Alcaldesa con jugar con las ‘cosas de comer’, porque las denuncias políticas las suele cargar el diablo), y lo hizo porque Gil se negó a firmar -por algo sería-, la compra millonaria de los 1.600 contenedores de basura de ‘la risa’, y por haber ‘apalabrado’ el multimillonario contrato del servicio de recogida de residuos y limpieza viaria de éste municipio, por cuantía de ocho millones de euros y una duración de diez años (es decir, 80 kilos del ala), que entrará en vigor el próximo mes de enero.
Se ponía así, añade Lobo Cojo, el punto y final a la ‘luna de miel’ política vivida entre ambas ediles, es decir, entre la alcaldesa que previamente había acudido en auxilio de un grupo de ‘amigotes’ de la capital, al parecer con cierta influencia mediática; se dice que fueron los que le ‘regalaron’ el vídeo de su presentación como cabeza de lista a los pasados comicios, cuando ni siquiera el PP había anunciado la candidatura de la Vargas a la ‘poltrona municipal ’de la capital de la Sierra
Muchas incógnitas aún sin despejar
Con la alcaldesa ya en funciones y como candidata oficiosa de Génova, apenas refrendada a nivel local por un grupito de sumisos a su causa y amigotes interesados, Mariola Vargas, que ya se había ‘cargado’ a sus tres secretarios general del partido en Collado Villaba, anunciaba, también, que llevaría a los tribunales a su ‘compa’ de fatigas políticas, a la que, además, ya le había quitado el sueldo –también por decreto-, y ponía el ‘broche de oro’ final a su particular contencioso, expulsando a su ‘excompa’ Gil Matesanz de la sala de plenos del Ayuntamiento, delante del público asistente, en un espectáculo bochornoso y tercermundista, políticamente hablando, y tras retirarle la palabra, ordenando a la Policía Local que la edil desalojara la sala, Vargas puso de manifiesto una vez más que le importa un pepino el coste de las minutas de los letrados encargados de defender su ‘honor político’ (eso, como otras muchas otras cosas, las terminamos pagando los sufridos contribuyentes de nuestro propio bolsillo), anunciando un contencioso con su hasta hacía poco “compañera del alma”.
Esta confrontación entre Vargas y Matesanz, terminó como el Rosario de la Aurora, es decir, en un ajuste de cuentas entre las dos dirigentes locales en plena campaña electoral, lo que obviamente no gustó en Génova y, mucho menos, a su presidente Pablo Casado, inmerso en plena campaña electoral, y no sólo por la denuncia de Vargas ante el Comité de Derechos y Garantías del partido contra Gil Matesanz que obviamente terminó en la papelera, sino porque la denunciada terminó siendo nombrada Asesora del Área de Obras y Equipamientos, y no del Ayuntamiento de Villalba, sino del Ayuntamiento de la Capital de España, con un sueldo anual de casi 60.000 euros anuales, lo que no es ‘moco de pavo’, dejando con ello a los ‘los pies de los caballos’ a nuestra regidora en su intento de acabar con la carrera política de su excompañera de gobierno, dice Lobo Cojo.