Es difícil no dejarse llevar por el pesimismo ante los acontecimientos que estamos viviendo estos días en Cataluña, acontecimientos que se veían venir hace ya 25 años. Más difícil resulta aún, si se está viviendo en el epicentro del terremoto democrático, que se está llevando una convivencia pacífica tan laboriosamente lograda tras años de dictadura. También es complicado, algunos dirán ilusorio, hablar de vías de solución, cuando muchas de las principales calles de Barcelona se encuentran en llamas en estos momentos. Sin embargo, no estamos en la hora de buscar culpables, sino de proponer soluciones pacíficas.
Es evidente que los políticos han fracasado estrepitosamente. En realidad, muchos de ellos ni siquiera han llegado a fracasar, porque nunca buscaron una solución. Cualquiera que sea el partido que salga ganador en las próximas elecciones, que vaya aplicándose la frase se Unamuno: “Venceréis, pero no convenceréis”. Las elecciones, por muy necesarias que sean, casi nunca son la solución. Son el triunfo de un partido, pero la derrota de la mitad de la población, cuándo debería ser el triunfo de todos los ciudadanos.
Condenados a entendernos
Ha llegado el momento del despertar de todos los ciudadanos. Cuesta tener fe en Dios y, sin embargo, muchos tienen una fe ciega en los partidos políticos. Estos son el segundo problema de todos los españoles, no son la solución. Es la hora del ciudadano pacífico, es decir de la mayoría de españoles. Dejemos a los partidos políticos que se peleen entre sí, y tomemos la iniciativa. Una mitad de la población de Cataluña y más del 50 por ciento de los barceloneses está sufriendo estoicamente, además del enfrentamiento con la otra mitad, el abandono absoluto de todos los partidos políticos. Hay muchos ciudadanos en toda España preocupados por lo que está sucediendo en Cataluña. Es a esa mitad constitucionalista y silenciosa, a esos españoles preocupados, a los que va dirigida, sobre todo, esta llamada. También va dirigida a todos los ciudadanos españoles que desean la convivencia pacífica por encima de las siglas políticas. No os lavéis las manos, El problema catalán se ha fomentado también y se ha jaleado desde Madrid, es decir con vuestro voto. El Tribunal Supremo acaba de concadenar a unos políticos catalanes por sus acciones, pero hay otros muchos políticos españoles que deberían ser juzgados por sus delitos de omisión en el problema catalán.
La mayoría de los ciudadanos pertenecemos a ningún partido político, es hora de dejar la crítica y de pasarnos el día mandando mensajes incendiarios que no conducen más que a la frustración. Se nos va la fuerza por la boca. Es hora de la acción ciudadana a través de plataformas ciudadanas.
Pero estas líneas también van dirigidas, y no en último lugar, a muchos ciudadanos independentistas catalanes que no estáis conformes con la situación actual. Es la hora de entendernos directamente, sin intermediarios interesados, es la hora de la convivencia. Supongo que a vosotros tampoco os resulta agradable vivir así. Nosotros hemos sido abandonados por unos partidos, pero vosotros habéis sido engañados por otros. Queramos o no, estamos llamados a entendernos, pues estamos todos metidos en el mismo saco.