La alcaldesa de Collado Villalba (PP), Mariola Vargas, gracias a Ciudadanos (CS) y algunos otros apoyos puntuales, continúa, por segunda legislatura consecutiva, al frente de la alcaldía de la capital de la Sierra, cargo al que accedió el 14 de noviembre de 2014, después de la renuncia presentada por Agustín Juárez López de Coca, tras ser imputado en la ’Operación Púnica’. El aterrizaje de Vargas en la alcaldía, se produce tras un peculiar examen en la sede popular de la calle Génova, al que fue sometida la por entonces edil de Servicios Sociales, Sanidad, Mujer y Mayores, que también gestionaba el Centro de Drogodependencia de este municipio. Así, el 14 de noviembre de 2014, Vargas pasó a ser, pasadas las 9,30 horas, la nueva alcaldesa de la capital de la Sierra. Sus primeras palabras, tras acceder al cargo, fueron: “Es un momento delicado, pero lo hago con ilusión”, destacando como sus principales objetivos “mejorar la calidad de vida de los vecinos ¿?”, con una especial atención a los colectivos más vulnerables ¿?, sobre todo a las personas que se encuentran en situación de desempleo”. Y concluyó: “Estoy convencida de que la búsqueda de soluciones para reducir la tasa de paro en nuestra ciudad, es la mejor política social”.
Pues bien, cinco años más tarde, Collado Villalba supera el índice de paro de entonces, siendo el municipio de la Sierra con mayor porcentaje de parados, lo que pone en entredicho su promesa de “poner a este municipio como ‘ciudad de referencia de la Comunidad de Madrid’ por su “calidad de vida, su integración social y su capacidad de superación, para atraer riqueza, inversión y empleo ¿?”.
Depuración de concejales y de cargos del partido
Al margen de sus caprichosas decisiones y comportamientos en su quehacer diario al frente de alcaldía, Mariola Vargas pasa de ‘la noche al día’ y del ‘frío al calor’, en un santiamén, en sus relaciones laborales con los compañeros de Ejecutivo. Sonado es el caso de la destitución de las áreas que previamente le había otorgado, a María del Mar Gil -‘paracaidista enviada desde Génova’-, entre ellas la de Hacienda, siendo su persona de máxima confianza durante las dos últimas legislaturas, pasando posteriormente a retirarle la confianza, basándose para ello en el hecho de que Gil había sido imputada en el ‘Caso Térmyca’ junto a su compañero José Ramón López, por el simple hecho de ‘estar allí’, es decir por haber sido concejales de Hacienda cuando Vargas ya ejercía de alcaldesa; años más tarde terminaría por quitarle la concejalía, sus competencias como tal y hasta el sueldo.
Pero la cuestión no terminó ahí y cuando su ‘amiga del alma’ (así la calificaba) declaró que el cese y persecución a la estaba cometida se debía a que “me negué a firmar el contrato de la compra de los 1.600 contenedores de basura, recientemente adquiridos por la propia alcaldesa”, adquisición que Gil calificó de ‘ilegal’, Vargas, tras retirarle del uso de la palabra la expulsó del Salón de Plenos.
Vargas quiso justificar su actitud hacia su compañera, acusándola de tener una enfermedad mental, lo que negó Gil: “Mi cese no tiene nada que ver con mis actitudes en el trabajo, sino con la compra de los 1.600 contenedores de basura que me negué a firmar, al igual que otras facturas relacionadas con contratos de eventos con los que no estaba de acuerdo”. “Yo no puedo decir –añadió Gil Matesanz en los micrófonos de COPE de la Sierra-, si hay irregularidades o no, pero durante meses ‘se han visto ciertas cosas con la compra de los contenedores de basura’ que yo advertí a la concejala (se refería a Yolanda Martínez, ahora de nuevo en el gobierno del PP local) y a la propia alcaldesa, de que yo no iba a firmar este contrato y, además, que tampoco lo firmasen ellas y así lo hicieron. Gil Matesanz añadió: “Cuando puedo pensar que me van a investigar por firmar un contrato (como le sucedió en el ‘Caso Termyca”, donde fue imputada, siendo posteriormente sobreseída), que lo firme otro”. Y ese otro fue el edil Carlos Sanz, concejal que sigue perteneciendo al grupo municipal popular. Gil Matesanz concluyó su entrevista en COPE Sierra, diciendo: ”Y por eso me echaron…”
La depuración continúa con los secretarios generales del PP
El último fue Juan Antonio Díaz, que hasta hace poco más de un mes ocupaba el puesto de Secretario General del Partido Popular, y que tras abandonar la militancia de su partido donde ocupaba el cargo de secretario general desde hacía un año, se fue para incorporarse a las filas de VOX-Villalba.
Juan Antonio Díaz se afilió en los años 90 al Partido Popular, y ha ocupado el puesto 12 de la lista encabezada por Mariola Vargas en los comicios celebrados el pasado mes de mayo. Su baja era una decisión que llevaba meditando desde hacía bastante tiempo. Al final optaría por poner tierra de por medio con la formación popular y remitiendo una carta a tal fin a la presidenta popular y alcaldesa de Collado Villalba en la que, entre otras cosas, le decía que presentaba la dimisión del cargo de secretario general por razones puramente ideológicas, pues consideraba que el Partido Popular villalbino “ha dado un giro en sus ideas, principios y valores con los que no me siento en absoluto identificado”. Añadiendo: “Este cambio de rumbo creo que es debido a la necesidad de encontrar puntos afines con otras formaciones políticas distanciadas ideológicamente del PP, algo a lo que el ya exsecretario general popular achaca el mal resultado electoral -pésimo, dice en su escrito-, de los últimos comicios, de los que culpa al distanciamiento de “los valores que deberían conformar la columna vertebral de este partido”.
Juan Antonio Díaz también anuncia que deja el PP, para incorporarse a las filas de VOX, donde considera tiene una mayor afinidad con los principios y valores que defiende esta formación política. También el ya exsecretario general popular, culpa de la situación que vive actualmente el PP, en la que ha obtenido los peores resultados electorales de los últimos años, a la presidenta local, Mariola Vargas y a su ‘hombre de confianza’, Adam Valdegrama (secretario de comunicación), que me fueron apartando poco a poco del partido al que he pertenecido desde hace más de 20 años”.
En cuanto al hecho de que los populares hayan tenido, en los últimos tres años, otros tantos secretarios generales, Juan Antonio Díaz dice: “Esta pregunta debe contestarla la propia alcaldesa. Y añadió: “Indudablemente algo pasa para que el partido se esté distanciando de los valores que deberían conformar su columna vertebral”.
Los anteriores secretarios generales del PP de Collado Villalba, que también abandonaron en los últimos tres años sus cargos, con Mariola Vargas, como alcaldes son: Carlos Múgica, María Dolores Raigosa y Juan Antonio Díaz.