Según información publicada por el diario ‘El Mundo’, dos de los cuatro detenidos por la Guardia Civil la semana pasada en el término municipal de El Escorial, perpetraban violaciones a menores de edad en el poblado de Navalquejigo, un reducto marginal de la Urbanización Los Arroyos (El Escorial). Las víctimas eran jóvenes de familias estructuradas de clase media, residentes en Galapagar. Se trata de cinco chicas y un chico, que poco a poco se dejaron enganchar por los estupefacientes que les regalaban estos ‘camellos’, uno de ellos de 56 años de edad, conocido en la zona por llevar toda la vida viviendo del menudeo.
A este grupo de ‘camellos’ se unieron otros dos jóvenes marroquíes de 23 y 25 años de edad, que por arraigo familiar habían obtenido la doble nacionalidad y con ellos, según las mismas fuentes, creció de tal forma que llegó a convertirse en una dependencia. Los cuatro individuos ahora acusados tenían ya antecedentes penales.
Drogas a cambio de sexo
Pero la cuestión, según ha podido saber EL Faro del Guadarrama, no solo quedó en una mera utilización de estas cinco niñas y un niño, porque debido a ‘su estado emocional’, y a la dependencia generado al consumo de drogas, los dos magrebíes les instigaron, supuestamente, a que vendieran ellos mismos las drogas en “su círculo más cercano, incluso en el interior de los propios centros docentes”.
Pero la cuestión no se quedaría sólo en eso, es decir en la utilización de los menores para la venta de los estupefacientes, sino que también les ofrecieron drogas a las jóvenes a cambio de sexo. A veces, según la Guardia Civil, les forzaban a ello en una casa ‘okupada’ situada en el poblado de Navalquejigo, un reducto marginal próximo a la lujosa urbanización de Los Arroyos, donde nadie sabía lo que estaba sucediendo a su alrededor, ni siquiera del menudeo de drogas.
En Navalquejigo hay varias infraviviendas y caravanas abandonadas que son ‘okupadas’ por jóvenes, un lugar donde los ahora acusados perpetraron sus fechorías, incluso llegando a permanecer con los menores que llegaron a no ir a sus propios domicilios durante varios días, lo que hizo que los padres presentaran denuncia en el Cuartel de la Guardia Civil de Galapagar por la desaparición de sus hijos, dando con ello comienzo a la llamada operación ‘Los Jarales’, apareciendo días más tarde con “evidentes signos de haber consumido sustancias estupefacientes”, lo que llevó a la Benemérita a abrir una investigación y a la toma de declaración a los jóvenes, teniendo que recabar su testimonio en varias ocasiones, pero gracias a ello consiguieron identificar a los autores de los delitos y proceder a su detención.
Tres de los implicados fueron detenidos en el momento de realizar la entrada en sus domicilios de Galapagar y El Escorial, logrando la detención del resto tres días más tarde.
La Guardia Civil acusa a los dos jóvenes marroquíes, de 23 y 25 años de edad, de agresión sexual, abuso sexual, tráfico de drogas, inducción al abandono de hogar, prostitución y corrupción de menores. El arraigo familiar les había permitido a estos dos hermanos obtener la doble nacionalidad y aun así decidieron elegir el camino fácil, según explican fuentes de la investigación, un camino que explotaron siempre en la zona próxima a su vivienda de Galapagar, siendo detenidos en varias ocasiones pero sin entrar en prisión, destacando en su historial robos con fuerza, con violencia e intimidación, desobediencia y atentado a agentes de la autoridad, hurtos, lesiones son algunos de ellos, de ahí que en los registros realizados por la Guardia Civil en su vivienda no extrañe que apareciera una escopeta y una pistola simuladas, ocho teléfonos móviles, 385 gramos de marihuana y 97 de hachís
De momento los seis menores, que se encuentran actualmente bajo tratamiento médico, son las víctimas de estos pederastas, pero la Guardia Civil no descartaba que fueran más.