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El alcalde y candidato, Carlos Galbeño, abraza a su número dos, Fernando González, 
tras la confirmación de que el Partido Popular revalidaba la mayoría absoluta  (Foto: ARCHIVO)
El alcalde y candidato, Carlos Galbeño, abraza a su número dos, Fernando González, tras la confirmación de que el Partido Popular revalidaba la mayoría absoluta (Foto: ARCHIVO)

Victoria ‘in extremis’

Carlos Galbeño logra superar un difícil fin de legislatura, mientras que IU se queda sin representación.

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Hasta el último minuto y la última mesa electoral se mantuvo el suspense en una noche que puso a prueba los nervios de los distintos candidatos de Torrelodones. Principalmente en el caso de los cabezas de lista del PP, Carlos Galbeño, y Vecinos por Torrelodones, Elena Biurrun. En el caso del primero, porque veía cómo se le escapaba la mayoría absoluta, mientras que la ex presidenta de Torrenat acarició por momentos la posibilidad de desalojar a los populares de la Alcaldía, y además convirtiéndose en segunda fuerza política. Eran los momentos en que, con los primeros muestreos, el PP obtenía ocho concejales, incluso con tendencia a quedarse en siete, si bien luego experimentaría un repunte que le llevó finalmente a renovar su mayoría absoluta. Eran las 23.00 horas y, con el 100 por 100 de los votos escrutados, se confirmaba que Galbeño revalidaría su mandato, sufriendo más de lo esperado y contando casi hasta la última papeleta en una de las mesas correspondientes a los vecinos de urbanizaciones como La Berzosilla, que a la postre definió la victoria del PP.

Hasta ese momento, la vencedora moral de la noche era Elena Biurrun y la lista de Vecinos por Torrelodones, que en su primera aparición en unas elecciones se alzaba con cuatro concejales, convirtiéndose en segunda fuerza política y con aspiraciones a liderar el cambio de gobierno hacia una mayoría de carácter progresista. Sin embargo, la posibilidad se esfumó cuando las matemáticas de la Ley D’Hondt arrebataron el edil a Izquierda Unida y se lo dieron al PP, con el resultado de un equilibrio similar al de 2003, aunque con cambio de nombres entre los grupos de la oposición. Si significativa es la irrupción de Vecinos, no lo es menos la desaparición del Ayuntamiento de IU, cuya apuesta por Esmeralda Gonzalvo frente a Miguel Ángel Mur ha sido todo un fiasco en términos electorales. Apenas ha logrado un 4,48 por ciento de los votos, mientras que acTÚa, el grupo liderado por Mur, llegaba al 7,57, consiguiendo un concejal.

También es reseñable la caída sufrida por el PSOE, que lejos de beneficiarse del tirón que pudiera tener el frente común contra el desarrollo del Área Homogénea Norte ha salido perjudicado, ya que algunos de sus votos (ha perdido 200) también han ido a parar a la candidatura de Vecinos. Pero lo peor para sus intereses es sin duda que no logra pasar de tercera fuerza política, con lo que sus aspiraciones a llegar a la Alcaldía todavía parecen lejanas.

Elevada participación
Finalmente, hay que destacar que frente a la tendencia generalizada al descenso en la participación, Torrelodones ha sido una de las excepciones, pasando del 73,2 de 2003 al 74,6 de las elecciones de este año. Quizá en ese dato esté también una de las claves del empuje de Vecinos por Torrelodones.


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