La Asociación Española de Gerentes de Servicios Sociales ha castigado con el Premio “Corazón de Piedra” a 38 ayuntamientos de más de 20.000 habitantes por su baja inversión social y cuyos presupuestos en servicios sociales es inferior al 60 por ciento de la media nacional.
Entre los galardonas se encuentran diez de la Comunidad de Madrid, entre ellos Collado Villalba y Galapagar, además de: Aranjuez, Ciempozuelos, Colmenar Viejo, Leganés, Paracuellos de Jarama, Pozuelo de Alarcón (con la renta per cápita más alta de la región), Torrejón de Ardoz y Villaviciosa de Odón.
El premio fue constituido en el año 2013 para reconocer a las personas o instituciones que muestren menor sensibilidad y cuyas opiniones y actuaciones produzcan más desamparo y sufrimiento a los ciudadanos y familias más vulnerables.
Según un comunicado hecho público el pasado martes por la entidad promotora, de los 527 votos emitidos por sus asociados y simpatizantes, el 38,7 por ciento ha sido para un grupo de 36 ayuntamientos, seguido de cerca por el Fondo Monetario Internacional (FMI) con el 36,7 por ciento y por el Obispo de Alcalá, Juan Antonio Plá, con el 24,7 por ciento.
Al margen de los consistorios madrileños ya reseñados, se encuentran los de Los Barrios y Fuengirola (Andalucía), Sant Josep de Sa Talaia (Baleares), Vila-seca (Cataluña), Carballo, Cangas, Pontevedra y Redondela (Galicia), así como Almendralejo, Don Benito, Merida y Plasencia( Extremadura), Cieza y TorrePacheco (Murcia) y los valenianos de Alfaz del Pio, El Campello, Mutxamiel, San Vicente del Raspeig, Torrevieja, Villena, Alboraya, Bétera, Oliva, Paporte y la Pobla de Valbona.
Cada uno de ellos recibirá un galardón acreditativo de su “poca sensibilidad social” y según la Asociación de Directores y Gerentes de Servicios Sociales, que confían que este premio sirva de acicate para que a la hora de elaborar los presupuestos municipales recuerden la importancia de invertir en las familias más necesitadas.
Estos galardones premian la insensibilidad de los mencionados alcaldes y su obsesión por denostar las políticas sociales, pues la mayoría de los ahora premiados apenas dedican 30 euros por habitante en gasto social.
El galardón que recibirán los alcaldes será un corazón de piedra que los promotores les remitirán con la intención de que luzca en sus despachos, a fin de que a la hora de elaborar los presupuestos anuales recuerden la importancia que tiene invertir en servicios sociales.