La alcaldesa de San Lorenzo y el ‘mensajero’

En la información publicada el pasado 27 de mayo, bajo el título “Segundo aviso a la Alcaldesa de San Lorenzo de El Escorial” este periódico se hacía eco de la moción aprobada en el pleno celebrado el pasado mes de mayo, en este municipio, presentada por los grupos municipales PP,AME y Ciudadanos (9 votos), en contra de la propuesta del Ejecutivo presidido por Blanca Juárez (Vecinos por San Lorenzo), que contaba con el apoyo de PSOE e IU-Equo-PUSL y SSPL (pero sólo 8 votos), todos ellos contrarios a la celebración de la tradicional corrida de toros que, salvo el pasado año, ya con el nuevo Ejecutivo al frente de este consistorio, se ha venido celebrando todos los años en el Real Sitio, el día 10 de agosto, coincidiendo con las fiestas patronales.
‘Moción de censura a la vista
Bajo este subtítulo El Faro del Guadarrama advertía que este era el ‘segundo aviso’ -por usar un calificativo taurino-, que recibía la alcaldesa en este su primer año de mandato”. El primero tuvo lugar en la sesión plenaria celebrada en marzo pasado, cuando estos mismos grupos municipales (PP,AME y Ciudadanos), se pusieron también de acuerdo para ‘tumbar’ la decisión tomada por el Gobierno local para restar competencias al pleno. La moción obligó al Ejecutivo sanlorentino a devolver las competencias que, previamente, habían sido delegadas a la Junta de Gobierno en materia ‘jurídica, urbanismo y obras’.

Ambos acuerdos, el de la celebración de una corrida de toros el 10 de agosto de 2016 en el Real Sitio y la devolución de las citadas competencias, provocaron numerosos comentarios entre la ciudadanía que, provocaron de nuevo los rumores sobre una presunta moción de censura al Ejecutivo presidido por Blanca Juárez (Vecinos por San Lorenzo), algo que Tettamanti, la nada sospechosa edil de ‘Si Se Puede’, corroboraría más tarde cuando, en dicha sesión plenaria, pregunto: “¿Cuánta vida le queda a este Gobierno?”.

Nuestro periódico se limitó a reproducir todos estos comentarios y algunos rumores que circulaban en torno a los ‘mentideros’ políticos de este municipio, algunos de ellos incluyendo incluso la fecha de presentación de dicha reprobación. “Se celebra entre el 15 de septiembre y el 30 de octubre, una vez conformado el nuevo gobierno de España tras las elecciones del 26-J”
Matar al mensajero
La respuesta de la alcaldesa sanlorentina, Blanca Juárez Lorca, a esta información, no se hizo esperar: retiró de inmediato el logo de la cabecera de nuestro periódico, que junto a las de otras publicaciones locales y regionales, aparecía en la página web del Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial, mientras mantenía las de otras publicaciones que ya ni siquiera existen o están ‘durmientes’. ¿Es esta la nueva forma de hacer política, tal como prometió la señora Juárez en vísperas del 24-M?, donde llegó a decir cosas como estas: “Estamos convencidos que del diálogo entre puntos de vista distintos, puede surgir una idea mejor que las propuestas iniciales...”. Claro que también afirmó: “Entendemos la política local como un deber cívico, no como un profesión o una ambición...”, y poco después, se asignaba un sueldo de 44.000 euros, que no está nada mal en un país donde el salario medio, según los afines en ideología con la señora alcaldesa, apenas supera los 1.200 euros mensuales, es decir, menos de la mitad de los que cobra esta regidora.

La decisión tomada por el consistorio presidido por Blanca Juárez, o por ella misma, de retirar de la página web municipal el logotipo de la cabecera de El Faro del Guadarrama, los retrata tal con son sin los disfraces al uso, unos políticos/as con piel de cordero que gustan esconder tras su disfraz de ‘Caperucita Roja’ un talante totalitario y muy poco democrático, que en ningún caso puede justificarse y menos por una simple rabieta.

A esta actitud, en nuestra profesión, se le conoce como de querer “matar al mensajero”, o una forma marginal de defensa, según Sigmund Freud, para enfrentar lo les es insoportable. Ejemplo: el famoso lamento de los musulmanes españoles “¡Hay de mi Alhama!’ que relataba el Rey Boabdil tras recibir la noticia de la caída de Alhama, donde siente que su pérdida significa el fin de su mandato, pero intenta que eso no se convierta en realidad, tirando al fuego las cartas donde se anunciaba su derrota y matando al mensajero. Freud añade que otro factor determinante fue la necesidad del Rey de combatir su sentimiento de inutilidad . Al quemar las cartas y matar al mensajero todavía estaba intentando demostrar su poder absoluto”. Y ahí me quedo, señora alcaldesa.