Encuestas para todos los gustos

Claro que si este bloque no obtuviese la mayoría absoluta en los comicios del domingo, los sondeos habrían errado rotundamente. Por supuesto, los sociólogos y las empresas justificarían su fiasco diciendo que la situación cambió en los últimos días. Y tampoco sería esta la primera vez que se equivocan.
Recuerdo que en las anteriores elecciones autonómicas celebradas en el año 2012, casi todas las encuestas auguraron un triunfo claro de CiU, con más de 60 escaños. Algunas incluso le daban mayoría absoluta. Sin embargo, la candidatura de Artur Mas (entonces todavía contaba con el apoyo de Unió) se quedó en 50 escaños, a 18 de la mayoría absoluta. No fue un error pequeño en los pronósticos, sino considerable, porque en alguno de los sondeos se llegaron a equivocar en 20 escaños. Como se sabe, Mas necesitó el apoyo de ERC, con sus 21 parlamentarios, para poder gobernar y hacerse más independentista que nadie, incluso que su nuevo socio Oriol Junqueras.
Se supo que estos errores clamorosos no se repetirían en esta ocasión. Pero en la encuesta de 2012 se descubrió posteriormente un fallo técnico: una parte importante de los consultados se confundieron (supuestamente) en el recuerdo del voto. Dijeron a los entrevistadores que en las anteriores elecciones habían votado a un partido al que posteriormente se supo que no habían votado. Quizá esto se debiera a que una gran parte del electorado no sabe lo que hace. O porque en Cataluña se vota raro. En una entrevista publicada hace poco tiempo por el diario ‘El Mundo’, la escritora catalana Milena Busquets decía que en las elecciones municipales celebradas el pasado 24-M, había votado a la actual alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, pero que ahora, en las autonómicas, aún no lo tenía tan claro y podría votar a “esos de Colau, o los de Ciudadanos”. Si esta escritora, que fue número uno en ventas con su novela ‘También esto pasará’, ha puesto de manifiesto estas dudas, imagínense como estará el patio electoral por estas latitudes.
Y todo esto aparte de lo que pueda ocurrir con el voto oculto, el índice de participación -que a medida que se acerca la fecha de la verdad parece ir en aumento-, las amanazas del corralito avaladas por el propio Banco de España y otros detalles de bolsillo, lo cierto es que las últimas encuestas nos están preparando para lo peor.