Objetivo: 44 puntos

El técnico, muy satisfecho del partido de Colmenar, señala la mejoría del juego villalbino, “porque hemos ganado en intensidad y hemos mejorado mucho la forma de presionar”, y es ahora tan optimista que recuerda que todavía es posible acabar décimos: “Estoy convencido de que el Villalba va a sumar más puntos en los siete partidos que quedan de los que la gente se cree”.

Llega el Puerta Bonita
El equipo buscará la primera de las dos victorias que precisa este domingo ante el Puerta Bonita, otro directísimo rival que llega situado a sólo dos puntos de los villalbinos. El segundo objetivo será intentar remontar el 1-0 de la ida para asegurar el golaverage particular, detalle que se escapó ante Pegaso y Ofigevi. Reencontrado con la victoria, algo que no lograba desde el 28 de enero ante el Navalcarnero, el Villalba deberá ahora sobreponerse al sinfín de problemas que asola la plantilla. Calvo, lesionado de importancia en Colmenar, donde se temió por el ligamento cruzado de su rodilla, no estará el domingo; tampoco Iván Pérez, por tarjetas, ni Rodri, lesionado desde hace semanas. Y Míchel, que apenas resistió unos minutos el domingo pasado, porque sigue renqueante, y Luna, baja por fiebre en los dos partidos de Semana Santa, son serias dudas para un técnico que improvisará en el medio centro con la pareja Oliva - Granini y repetirá el 4-4-2 de Colmenar, el sistema que mejores resultados le ha dado al equipo. El Puerta Bonita llega a Villalba tras empatar a un gol en casa con el Coslada y con la etiqueta de seriedad que imprime Paco Salguero, un técnico de marcada línea conservadora, al menos cuando su equipo actúa fuera de casa. Sobre el particular, De Lucas se limita a decir que “a estas alturas ya me espero cualquier cosa”, porque sólo teme que el equipo se vuelva a agarrotar en casa. “Si no marcamos gol y pasan los minutos, entra el miedo a que te lo hagan a ti. Es lógico cuando te la estás jugando ahí abajo”.