Gran ambiente ante la despedida como novillero de Martín Escudero
viernes 19 de junio de 2015, 00:00h
La plaza de toros cubierta de Las Rozas acogerá mañana, sábado 20 de junio, la novillada con picadores en la que David Martín Escudero estoqueará en solitario siete novillos de diferentes encastes de mucho predicamento. Las divisas elegidas son las de Baltasar Ibán, Victorino Martín, Victoriano del Río, Adolfo Martín, El Torreón, Zacarías Moreno y José Luis Iniesta. El festejo de carácter benéfico a favor de la Asociación Española Contra el Cáncer servirá para que el joven diestro de Galapagar se despida como novillero, antes de su alternativa en Soria, que tendrá lugar el sábado 27 de junio de manos de Sebastián Castella y con el testigo de Miguel Ángel Perera, ante toros de El Torreón. El festejo comenzará a las siete de la tarde. Las entradas tienen un precio de 12 euros.
La novillada está organizada por la empresa Vin Tauromaquia XXI, de Víctor López Caparrós, con la colaboración del Ayuntamiento de Las Rozas. Se pueden adquirir en varios puntos de venta, como el restaurante El Rocío o a través de la propia AECC.
Buena actuación en Las Ventas
Antes de esta importante cita, Martín Escudero tuvo una buena actuación en la novillada con picadores que se celebró el pasado domingo en la plaza de toros de Las Ventas de Madrid. Los utreros con el hierro de José Vázquez resultaron deslucidos y mansos, aunque cada novillero tuvo un ejemplar con algunas opciones. El de Galapagar logró una faena brillante ante el tercero, noble pero que duró poco. Toreó asentado y con ajuste, logrando momentos de buena ejecución. Las formas de Martín Escudero gustaron, así como su valor sereno y templado. Rubricó su actuación con una buena estocada y hubo una ligera petición de oreja que no fue atendida, de modo que recogió una ovación desde el tercio. El primero no sirvió nada y con el quinto realizó una labor deslavazada pero con mucha voluntad.
El mejor novillo cayó en el lote de Joaquín Galdós, que como Martín Escudero volvía a esta plaza tras el percance sufrido en la pasada Feria de San Isidro. El peruano firmó una entonada labor sobre ambas manos, embarcando al de José Vázquez con técnica y capacidad. El astado también se vino a menos. Hubo petición, pero todo quedó en una ovación. Con el animal que cerró plaza compuso una faena larga, de menos a más, pero un tanto inconclusa. El mal juego del ganado condicionó un mano a mano que había levantado mucha expectación.