Una exposición en la Casa de Cultura recuerda el dolor y la lucha de las víctimas del terrorismo
viernes 08 de mayo de 2015, 02:42h
Memoria, dignidad y justicia fueron tres de las palabras empleadas por María del Mar Blanco, presidenta de la Fundación Miguel Ángel Blanco, en la presentación de la exposición En pie de foto, 100 miradas desde el dolor, que se inauguró el martes y se puede visitar hasta el próximo 18 de mayo en la Casa de Cultura de San Lorenzo de El Escorial. La hermana del edil del Partido Popular de Ermua asesinado por ETA recordó “aquellas fatídicas 48 horas” en julio de 1997, desde el anuncio del secuestro y el chantaje de la banda terrorista hasta el fatal desenlace en la tarde de día 12.
“Una marea humana salió para condenar ese asesinato de manera cívica y democrática”, señaló la presidenta de esta Fundación, insistiendo que la solidaridad ha sido una constante, como ocurrió también tras los atentados del 11-M en Madrid.
Memoria y justicia
Mª del Mar Blanco insistió en la necesidad de “crear redes sociales por la memoria y la justicia”, reivindicando el “sentido constructivo de la lucha de las víctimas, que hemos hecho de la justicia la causa principal de nuestras vidas”. De ahí parte esta exposición compuesta por distintas fotografías -acompañadas por breves textos-, que ha recorrido distintos puntos de España y Europa, recalando ahora en San Lorenzo. Se trata, dijo, de “un catálogo del horror del terrorismo, pero también de la lucha de las víctimas, de la dignidad y de la unidad, y de su papel crucial en la derrota del terrorismo”.
A pesar de que han pasado cinco años desde el último asesinato de ETA, la presidenta de la Fundación Miguel Ángel Blanco subrayó que “debemos mantener el compromiso social para conseguir la disolución incondicional de esa organización terrorista”, además de combatir todo tipo de “fanatismo y fundamentalismo”. “Estamos llamados a no olvidar lo injusto de cada crimen y a luchar por que no se vuelva a repetir”, finalizó.
Intervino también el alcalde de San Lorenzo de El Escorial, José Luis Fernández Quejo, quien comenzó indicando que Mar Blanco y su familia, “como el resto de las víctimas de la barbarie terrorista, han sido, son y serán un referente para todos los españoles”.
Angustia
El regidor recordó también la angustia de aquellos días de julio, relatando cómo recibió una llamada de su hermano, que desde hace tiempo vive en el País Vasco: “Entonces él trabajaba en el restaurante de la familia de su mujer, que se dedicaba sobre todo a celebraciones de bodas, y me comentaba que muchas veces contrataban a una orquesta, en la que Miguel Ángel Blanco tocaba la batería; que no podía entender lo que estaba pasando y que eran unos salvajes”. Destacó también la reacción de los vecinos de San Lorenzo, con numerosas muestras de solidaridad y la convocatoria de una concentración silenciosa que reunió a centenares de personas.
Tiempo después, añadió, el horror apareció de nuevo con la noticia de que ETA había planeado atentar en la boda de la propia María del Mar Blanco, cuya celebración tuvo lugar en el restaurante del hermano de Fernández Quejo, encontrándose planos del local en el registro de un piso franco de la banda terrorista. Afortunadamente, señaló, se pudo evitar gracias al trabajo preventivo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
El alcalde continuó afirmando que en ningún caso se puede ceder al “chantaje” y que, aunque ETA “está muy debilitada”, “nos enfrentamos a otras amenazas, como la del terrorismo islamista”. Las víctimas, finalizó, “nunca pueden ser equiparadas a sus verdugos”, reiterando que el Ayuntamiento de este municipio siempre apoyará las iniciativas en favor de aquellas palabras a las que hacía referencia María del Mar Blanco: memoria, dignidad y justicia.