Eugenio de Mora triunfa en Madrid el Domingo de Resurrección
viernes 10 de abril de 2015, 00:47h
El toledano Eugenio de Mora ha sido el primer nombre propio de la temporada en Madrid. Una oreja de mucha categoría consiguió en la corrida de toros celebrada el Domingo de Resurreción frente a un astado de Martín Lorca. Su actuación fue soberbia, propia de un diestro con poso, madurez y torería. Supo torear para el toro, darle tiempos y espacios para ir afianzándolo poco a poco. Cuando De Mora había cogido la muleta, nadie daba un euro por el de Martín Lorca, no se le atisbaba condición. Toreó muy ligado y valeroso de rodillas y luego fue haciendo al toro. El punto álgido de la faena vino al natural, toreando con pureza y rematando los muletazos por bajo y muy atrás. El público se volcó con el diestro. Sobre la derecha rompió al astado en varias series muy sometidas. El toro había sacado un fondo extraordinario. Una estocada desprendida dio paso a un trofeo importante. Antes había estado muy firme y poderoso ante un ejemplar áspero y bruto. Capacidad de Eugenio de Mora que dio una gran toque de atención en Madrid en los albores de la primavera.
Víctor Barrio venía precedido de ambiente tras su triunfo en Valdemorillo. Muchos paisanos se acercaron a verle en autobús. Su primero no tuvo fuerza y su faena tuvo poco relieve. Lo intentó yéndose a la puerta de chiqueros a recibir al jabonero por espaldinas, pero no le salió lucido. El sexto fue huidizo en los primeros tercios y recibió un severo castigo en varas. En la muleta sacó temple y nobleza que fue aprovechada por el segoviano, dejándole la muleta puesta en la cara en tantas cortas. El de Martín Lorca respondía con clase y Barrio fue todo voluntad en una faena basada en la facilidad y limpieza. Una estocada defectuosa y varios golpes de descabello provocaron una excesiva pañolada. Todo quedó en una vuelta al ruedo.
Finalmente, Pepe Moral toreó los dos toros más descastados del encierro del ganadero malagueño. Puso voluntad, pero ambas actuaciones pasaron desapercibidas. Lo mejor fue el espadazo que recetó al quinto.
Fiasco de Fandiño
Iván Fandiño marcó su destino el Domingo de Ramos al anunciar a bombo y platillo que mataría seis toros de distintos encastes. El gesto, que se había cristalizado en noviembre del pasado año, tenía su aquel. Acompañado de una gran campaña de marketing, se agotó el papel, aunque eso tenga una lectura en letra más pequeña. Los toros de Partido de Resina, Adolfo Martín, Cebada Gago, Victorino Martín, José Escolar y Pahla acabaron marcando una corrida de calvario para el torero vasco, más que de ramos y flores por un supuesto triunfo que jamás vino. Seis silencios como seis soles, en una tarde anodina que toro a toro fue despeñándose y pesando mucho. Los astados no acabaron de romper, pero Fandiño fue un alma en pena, sin apostar, sin tirar la moneda al aire y sin ser ese torero de valor y arrojo que le ha llevado hasta el lugar que ocupa.
El toro de Adolfo Martín resultó el mejor y embistió con clase y humillación, aunque con el poder contado. El diestro vasco se acopló en los lances iniciales, pero luego no fue capaz de cogerle el pulso. Con la izquierda no lo vio claro y con la espada estuvo desastroso, como en el resto de capítulos de esta encerrona.
Lució mucho al de Escolar, que fue bravo en varas y apretó con casta. El toro sacó complicaciones y se le atravesó a Fandiño, que en otro momento hubiera estado distinto.
El de Victorino apuntó cosas, pero se hizo daño en los cuartos traseros y fue para atrás. Todo en contra. Fue despedido entre pitos, como final de un destino sin éxito.
Novillada este domingo
Después de las dos primeras corridas de toros de la temporada, este domingo, 12 de abril, se celebra la primera novillada del año en Las Ventas. Se anuncian Daniel Ruedas, Jorge Escudero y Antonio Linares, ante utreros de Sánchez Herrero .