Políticamente incorrectos
jueves 11 de diciembre de 2014, 23:50h
El presidente de la Comunidad de Madrid destituyó hace días al Consejero de Sanidad, el catedrático de Patología de la Complutense, Javier Rodríguez, por felicitar a Teresa Romero “porque no se haya muerto” de ébola, y porque si él hubiera hecho mal su trabajo “ella no estaría hablando”, es decir, viva.
Dirigentes del PP y sus medios informativos cercanos atacaban a este viejo maestro a la antigua, destemplado y provocador, pero eficaz formando médicos, acusándolo de cruel por declaraciones similares basadas en la evidencia; Teresa cambió varias veces la historia de su contagio.
Y es tal el temor a ser políticamente incorrectos -la verdad debe disimularse-, que la misma derecha se ha vuelto hipócrita, cursi, blandengue, como las masas que lloran con Sálvame y se redimen con Podemos. La mentalidad sentimental dominante nos exige cuando unos criminales del Frente Atlético, citados para despedazarse con los violentos de los Riazor Blues, matan a un contendiente, que debamos lamentar, ¿por qué?, su muerte buscada. La sensiblería nos priva del sentido común. Teresa Romero admitió en una televisión amiga, la Cuatro, que se contagió tocándose la cara, pero Rodríguez no debe recordarlo porque ella ahora es una heroína popular, no quienes la curaron.
A pesar de los ataques al sistema madrileño de salud por sus recortes básicamente sindical-burocráticos, éste sigue siendo uno de los mejores del mundo y sanó a Romero desconcertando al gigantesco agit-prop político-reivindicativo que ocultamente deseaba que muriera. Ahora Teresa pide una indemnización de 150.000 euros por el sacrificio de su perro, que podría portar el ébola, como si aquí pagáramos la seguridad social para curar a canes.