Un puñado de festivales...

También me viene a la memoria el que tomó parte el 21 de julio de 1996 en Collado Villalba, para sacar ingresos para las obras de la nueva iglesia. Nuestro campeón olímpico siempre estaba al quite. Aquella tarde despachó con gallardía un cuajado utrero de Clairac. Era un todoterreno y tenía raza fuera y dentro de la plaza.

Pero de todos los festivales, el clásico era el que organizaba cada 8 de septiembre en su pueblo, Cercedilla, en beneficio del club de mayores. Durante 15 años lo confeccionó, hasta 1994. Por allí desfilaron nombres de la talla de Emilio Muñoz, Ortega Cano, Capea o Dámaso González, y en su última etapa involucraba a los amigos y ganaderos para torear. Allí estaban Malaver, Gonzalo Domecq, Juan Ignacio Pérez Tabernero o Alipio, entre una larga lista.

Paco murió como los toros bravos, en el centro del ruedo, como bien decía él. Ahora somos nosotros los que el próximo 25 de marzo dedicaremos el festival a su memoria. Quién nos lo iba a decir. Es un cartel de cinco estrellas. Y encima para el centro de mayores. Como a ti te hubiera gustado. Ese día hará el paseíllo desde el cielo con esas figuras del toreo que tanto quiere, admira y le quieren. Ya habrá sacado la entrada porque estará en todos nuestros corazones. Ojalá todo salga bien y el festival se instituya cada año en tu nombre. Te lo mereces. Va por ti Paco...