Los aullidos de Lobo Cojo

“Las inclemencias meteorológicas que hemos padecido en los últimos días han dejado aún más al descubierto las ‘miserias’ de una ciudad que intenta tapar con parches -no hay dinero para más- las carencias generadas durante varias décadas por una pésima planificación urbanística. Las aceras, insufribles, se han convertido en el mayor enemigo de los peatones; el asfalto revuelve las tripas de los conductores; los colectores y el saneamiento se desbordan; los árboles se pudren y hay que talarlos. ¿Y qué me dicen de los adoquines de las calles Honorio Lozano y Batalla de Bailén? ¿Se sabrá algún día en qué se gastaron las decenas y decenas de millones de euros de una obra que, al menos técnicamente, no hay por donde cogerla? Y lo que más me cabrea de todo esto, dice Lobo Cojo, es comprobar cómo algunos de los integrantes de aquel desnortado Gobierno de JP, autor material y espiritual de este faraónico proyecto, después de casi cinco años de penurias, aún digan sin ruborizarse que ésta es una obra de futuro ¿Será porque la vamos a tener que pagar durante 40 años? Otra explicación no cabe; tampoco resulta fácil comprender a esos estómagos agradecidos que hace apenas unos días se han solidarizado en las redes sociales con los manifestantes del barrio burgalés de El Gamonal. Sí, sí, los mismos que tiraron al cubo de la basura las 4.000 firmas recogidas en nuestra ciudad contra el túnel-parking, ahora apoyan las protestas de un colectivo vecinal que se opuso a un proyecto muy parecido; eso sí, con una salvedad: el de Burgos estaba presupuestado en 10 millones de euros y el nuestro acabará costando 110”.