Un indulto, por el bien de todos

Así ha acontecido con el indulto para el condenado Del Nido (ex presidente del Sevilla) solicitado públicamente por una gran mayoría de los mandatarios del fútbol de nuestro país, entre los que se encuentran los todopoderosos Madrid y Barça a la cabeza. Todos ellos han salido en tromba en defensa de su ex colega, que ha sido condenado en firme a siete años de prisión por quítame allá esas pajas, o lo que es lo mismo, por sablear 2,86 millones de euros a las arcas públicas. Total, nada. ¿Qué es esa bagatela comparada con la que se oculta a veces al fisco en comisiones varias que se van perdiendo por el camino de los fichajes millonarios? Por eso defienden a ultranza el perdón, el desliz de su compadre. Y me estoy imaginando a esta tropa reunida en cónclave en un lujoso despacho para que de él pudiera salir una declaración institucional al uso y hacer llegar esa petición de perdón gracioso a mi querido Ruiz Gallardón, que la leería con gesto contrito y tono grave a sus compañeros de Consejo de Ministros. Esa declaración podría rezar así: “Somos el lobby de los presidentes del fútbol español, el más rico del mundo y en el que recalan los mejores jugadores del planeta; la televisión y las marcas publicitarias se dan puñetazos para patrocinarnos; vendemos millones de camisetas aquí y en los confines de la tierra, ¿no es eso también sacar a relucir la marca España? Los países asiáticos sueltan dólares a mansalva para que vayamos por allí en verano a hacer unos bolos. Y ya que hablamos de todo y de cómo está el país, no se olviden de las miles de familias que viven de esto del fútbol. Pues eso, el fútbol es, hoy más que nunca, lo que aplaca, lo que consuela, lo que todo lo cura; la gente se olvida del paro, de la corrupción y de todas las demás desgracias cuando ve jugar a su equipo del alma. ¿Es que no se dan cuenta, afectuosos ministros, que os hacemos un gran favor por el mero hecho de existir? Así que seamos listos y no nos toquéis las pelotas (las que ruedan, claro) y conceded el indulto a nuestro querido Del Nido. ¡Pobre! No negamos que no estuvo bien lo que hizo, pero ¿servirá de algo meterlo en la cárcel? No, claro que no, tan sólo para generar sombras de sospecha sobre el fútbol español. ¡Que tenemos un Mundial a la vuelta de la esquina, por el amor de Dios! No tiremos piedras contra el propio tejado. Por todo ello imploramos de ese ilustre consejo de ministros la concesión del indulto. Por el bien de todos. Atentamente”.

Las mafias de Chicago se repartían barrios en los que se llevaban a cabo sus actividades y compartían el coste de los sobornos policiales. Ahora otras mafias se cubren las espaldas y velan por su negocio. Antes sobornaban, hoy solicitan indultos.Y piden que no les toquen tanto las pelotas.
(*) En ‘La Región’