Educación, cultura y juventud marcan los primeros pasos para corregir el déficit de infraestructuras en Galapagar
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Galapagar tenía, y aún tiene, un histórico déficit de infraestructuras, amplificado al contar con una población por encima de los 30.000 habitantes y uno de los términos municipales más extensos de la Comunidad de Madrid. Las comparaciones resultaban especialmente odiosas al comprobar los equipamientos de que disponían municipios cercanos de dimensiones similares, como Boadilla del Monte o Pozuelo, e incluso más pequeños, caso de Moralzarzal o San Lorenzo de El Escorial. Gobiernos de uno y otro signo se empeñaron durante demasiado tiempo en dar la espalda a las verdaderas necesidades de los ciudadanos, centrándose en un desordenado crecimiento al que todavía hoy es difícil poner remedio.
Sin embargo, y a pesar de las dificultades económicas con que se ha encontrado el actual Equipo de Gobierno desde que se puso al frente del Ayuntamiento en el último tramo de 2008, en los últimos años se han dado unos cuantos pasos en la dirección correcta, sin olvidar cuestiones de planeamiento urbanístico, pero atendiendo primero el día a día de los vecinos, lo que se ha traducido en infraestructuras y mejoras que eran necesarias desde hace tiempo y que no se habían abordado de ninguna manera. Entre ellas, el tanatorio o la acertada decisión de destinar el dinero del Plan E a construir un nuevo Centro de Salud. También la inauguración de una Escuela Infantil en La Navata, la urbanización de zonas olvidadas como el Pocillo, la creación de pistas deportivas en las urbanizaciones o la decidida apuesta por hacer del centro de Galapagar un lugar más amable para todos los vecinos, con renovadas zonas infantiles y un aspecto más cuidado.
El siguiente paso, tal como anunció el Ejecutivo hace meses, llegaría de la mano de una ambiciosa reordenación de espacios y edificios públicos, proyecto que empieza a tomar forma con el anuncio esta semana de que en breve comenzarán los trabajos que, dentro de un año y medio, habrán convertido el viejo Centro Cívico Reina Sofía en una nueva biblioteca municipal de 2.000 metros cuadrados, casi 10 veces más que el exiguo espacio con que cuenta este servicio en el Centro Cultural La Pocilla. Se corregirá así una auténtica anomalía: la de tener la biblioteca más pequeña de la Comunidad de Madrid por número de habitantes. Es un proyecto ilusionante y significativo por cuanto supone vislumbrar ese “nuevo Galapagar” del que habla el alcalde desde la perspectiva de la cultura, la educación y la juventud, cuestiones en las que merece la pena seguir poniendo el acento.