El CUC Villalba empata al final tras otro gran despliegue y mete más distancia al descenso

El tempranero gol majariego a los tres minutos marcó todo el encuentro. Esta vez no hubo tanteo. La mejor puesta en escena visitante se tradujo al marcador cuando Jaime Asen, por calidad el mejor jugador de la Tercera madrileña, con larga experiencia en Segunda en las filas del Córdoba, habilitó con un gran cambio de juego hacia la izquierda la carrera de José Antonio, que ganó la espalda a Dorado para plantarse en el lateral del área y sacar el centro que David, viniendo desde atrás, estampó en la red de Bárcena, chutando sobr la marcha.

El 0-1 dejó aturdido a los serranos en un primer tercio de encuentro con nervios en la defensa amarilla. Los carrileros largos del Majadahonda, sumados a la velocidad de Jeisson y Monasterio, novedad en el once de Iriondo, fueron una amenaza constante ante las pérdidas de balón del medio campo local. Obligado por el marcador y su estilo, el Villalba se obligó a asumir el peso del partido sobre un campo de nuevo en deficiente estado, un escenario que le situó ante un panorama similar al del año pasado. Sin embargo, y a diferencia de entonces, cuando el Majadahonda ganó 0-3 tras mostrarse vertiginoso en los contragolpes, el crecimiento local no obtuvo la respuesta apropiada por parte majariega, quizá por las dudas de una trayectoria errática. Ya al bordedel descanso, el Villalba se hizo acreedor al empate en al menos tres ocasiones nítidas, todas con la firma final de Kobe. El pichichi amarillo tuvo tres remates francos, pero dos se le macharon fuera por poco y uno, el más claro, fue salvado in extremis por el meta Luis García.

La segunda parte apretó aún más la tuerca. Con Manu insertado definitivamente en la sala de máquinas y Astray activado, el Villalba asumió toda la posesión y fue buscando a Fabio en la izquierda. Las ocasiones empezaron a llegar en la medida en que el Majadahonda entendió que lo único que le quedaba era aferrarse a su ventaja. Cuando Miguel Ángel Hernández se jugó la remontada en el doble cambio que metió en el campo a Olalla y Herranz, la carga ya fue total. Sin embargo, esta vez la acción salvadora de los puntos surgió del tercer cambio, el de Linares. El lateral villalbino, convertido en un delantero más en el asedio final, encontró un balón llovido de un rechace en el lateral del área chica y lo puso con tranquilidad y sutileza en la cabeza de Rubén, que cabeceó sin oposición y bajo palos el tanto de empate y desató la explosión de la poblada grada justo antes del pitido final. El publico agradeció en pie el despliegue a un Villalba que destila buenas sensaciones en su pretendida escalada hacia la zona templada de la clasificación.