Empiezan las obras de reforma en la parroquia

Una vez terminadas las celebraciones navideñas, ya se han colocado los andamios en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción de Galapagar, uno de los monumentos más significativos de la localidad. Las obras de reforma, impulsadas directamente por el párroco, don Fernando Simón, son las primeras de importancia que se realizan en este templo desde hace décadas, y se hacían necesarias dado su deterioro, ya que eran numerosas las humedades en el interior y también se habían detectado algunos problemas en la techumbre. De este modo, se pretende mejorar la imagen de esta característica iglesia, construida en el siglo XVI por el duque Diego Hurtado de Mendoza. El templo fue consagrado por el Cardenal Cisneros en 1513 y los propios Reyes Católicos regalaron para ella objetos religiosos como el cáliz limosnero. Es un edificio rectangular con una imponente torre de planta cuadrada en la esquina sur de la fachada poniente. La torre está formada por dos cuerpos separados por una imposta de piedra. El primero de ellos, de mayor altura, está construido en piedra de sillería, al igual que el segundo campanario, que va rematado por una cornisa adornada con bolas de piedra. En cada fachada se abren dos ventanales rematados por arcos de medio punto y cubierta por un tejado piramidal, adornado en su vértice por una cruz.

La puerta de entrada muestra un bello arco adornado con alfiz y en el interior del templo se alzan tres naves. La central está apoyada sobre pilares rectangulares que forman seis arcos de medio punto. El presbiterio es de planta cuadrada, se accede por un arco apuntado y cubierto por bóveda de crucería gótica, reforzada por el exterior por unos contrafuertes en sus esquinas, rematados con adornos de bolas de piedra. La cubierta de la nave muestra un artesonado de madera de Valsaín, siendo uno de los elementos más característicos. También cabe destacar su pila bautismal de estilo barroco. La parroquia fue declarada Bien de Interés Cultural por la Comunidad de Madrid en 1995. Hasta que finalicen los trabajos, según indica en su última edición La Información de Galapagar y Colmenarejo, la actividad se trasladará a los locales situados en los números 44 y 46 de la avenida de los Voluntarios.