Las siete canciones de ‘Otro mundo’, vistas por su autor

Vieja dama.- “Habla de una obra de teatro que me impactó, La visita de la vieja dama, del escritor suizo Friedrich Dürrenmatt. Es la historia de una mujer a la que su novio abandona cuando estaba embarazada. Años después, ella vuelve siendo millonaria, compra la justicia y todo lo que haga falta para vengarse de él. Me llamó la atención y quise hacer una canción sobre este tema, que en definitiva es el de la venganza y cómo el dinero puede comprar las cosas. En general, todo el disco tiene mucho de escenario, de teatro, muy relacionado con el mundo de la interpretación.

Entre el Norte y el Oeste.- Hace referencia a la Sierra del Guadarrama, a ese paisaje que yo veo en el coche cuando vuelvo desde Madrid, donde trabajo. Es esa sensación de regresar a casa y divisar las cumbres de la Sierra.

Quién.- Trata acerca de mí mismo . Quizá, aunque sea más retorcido, añora un poco mis años en la Movida madrileña, porque cuando era joven era asiduo a los conciertos del Rockola y todo eso ya se acabó.

Preludio (a la muerte de Larra).- Es un poco como la carta que hubiese escrito el propio Mariano José de Larra antes de pegarse un tiro, poniendo sus sentimientos sobre un papel.

Palabras de ánimo.- Aunque me han dicho que es una canción pesimista, también puede tener una lectura más optimista. Lo que quiero decir es que todo vuelve y que el ser humano siempre es igual, que no hay que desanimarse con la situación. En el mundo siempre habrá ricos y pobres, lo que hay que hacer es intentar mejorarlo. Es quizá la más social de todas.

Zíngara.- Está dedicada a Soledad Miranda. Es una actriz que murió en 1970 en un accidente de coche, siendo muy joven. Empezó como cantante pop y también actriz de ‘serie b’, en películas eróticas con Jesús Franco. Una mujer guapísima, con un encanto muy especial, pero todo se truncó con ese accidente.

Esperando con indolente impaciencia.- Es una canción que habla sobre el paso del tiempo, sobre las sensaciones que se pueden tener, y también en cierta manera es un homenaje a Antonio Vega, por el sonido y determinadas letras suyas.