Vicente Soler y el galapagueño David Martín Escudero puntúan en la feria de Navacerrada
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
La feria de novilladas de Navacerrada ha subido un peldaño más. El balance artístico es muy positivo, con varios triunfos importantes, pero sobre todo es importante reseñar el incremento de espectadores en los distintos festejos celebrados. Con un abono creciente, en la novillada picada celebrada el sábado 7 de septiembre el coso serrano registró una notable entrada, cercana a los dos tercios y con un gran ambiente de buenos aficionados en el tendido. La presencia del galapagueño David Martín Escudero y de los novillos de Baltasar Ibán concitó la atención de los aficionados de la comarca en un cartel de mucho atractivo.
Momentos de angustia
Un utrero se escapó en el encierro, viviéndose angustiosos momentos, aunque finalmente regresó a la manga. Precisamente este precioso ejemplar de capa castaña resultó un novillo excelente que embistió mucho y con profundidad. Supo aprovecharlo Fernando Rey, que lo toreó muy por abajo, ligado, templado e imprimiendo suavidad. El utrero respondió y la faena tuvo emoción, aunque luego se encasquilló con los aceros, perdiendo el doble trofeo y cambiando el triunfo por una ovación.
También pudo sumar una oreja del serio y manejable sexto, aunque de nuevo marró a espadas.
Martín Escudero cortó una oreja de mucho peso -hubo petición de la segunda- a un novillo encastado y con pujanza. El de Galapagar toreó reunido y encajado en varias series sobre el pitón derecho muy compactas. Con una buena colocación y las zapatillas atornilladas a la arena, se acopló muy bien por ese lado, aunque por el izquierdo la faena no tuvo el mismo nivel. Tras pinchazo y estocada paseó el trofeo.
Sergio Felipe pechó con el lote más deslucido. Toreó vertical, pero la exigencia de los astados de Baltasar Ibán le supuso una dura prueba.
Extraordinaria novillada
El viernes 6 se lidió una extraordinaria novillada sin picadores con el hierro de La Quinta. Un encierro muy bravo, entipado y astifino, que embistió de principio a fin. El sexto novillo fue indultado y el quinto, premiado con la vuelta al ruedo, dentro de un conjunto muy completo y de enorme bravura. Adrián Henche se acopló perfectamente a la embestida de este gran utrero, toreando asentado y templado sobre ambas manos para acabar cortando los máximos trofeos. También estuvo muy entonado Pablo Atienza, que sufrió varias volteretas en una actuación muy valerosa y entregada. Con su primero, de una clase extraordinaria, firmó pasajes de buen toreo. Pudo sumar más de un trofeo de manejar con más pericia los aceros.
David Garzón marró con la espada una actuación muy digna frente a un novillo muy encastado que fue premiado con la vuelta al ruedo y que fue una máquina de embestir.
El domingo 8 se lidió una novillada picada de irreprochable presentación con el hierro de Montealto. Sin embargo, al encierro le faltó final y fondo, con buena condición pero sin esa chispa que se necesita para transmitir.
Vicente Soler, que sustituyó a Brandom Campos, dio la cara toda la tarde. Le arrancó la oreja al cuarto, el ejemplar de mejor juego, tras una actuación variada. Banderilleó con mucha exposición y con la muleta estuvo muy entregado. También saludó una ovación en su primero tras estar voluntarioso. Sebastián Ritter se fue de vacío, pero demostró valor sereno y quietud de plantas.