El paréntesis
La cosoberanía
David Díaz
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Hay que reconocerlo. Algunos dirigentes del PSOE llevan décadas engañando al pueblo. O tal vez no y sea precisamente esa parte del pueblo indolente la que permita esta ambigua situación. De todas formas quiero dejar bien claro, antes de proseguir con este artículo, que siento por Pablo Iglesias y por la gente que honra su memoria cierto respeto, porque pese a estar disconforme con las actuaciones de algunos dirigentes socialistas, ello no me impide reconocer la labor que realizan muchos militantes de este partido que luchan con denuedo por reparar las injusticias nacionales, como también por aquellos muchos nacionalistas que combaten a diario la injusticia social, aunque por desgracia cada vez sean menos.
Estamos viviendo momentos difíciles a la hora de mantener la integridad territorial de España. El supuesto compromiso adquirido por el presidente del Gobierno español y el tripartito catalán, vía Estatut, para conceder a Cataluña el rango de nación, ha abierto el melón de la discordia en nuestro país, dando lugar a distintos pronunciamientos por parte de los representantes de las diferentes fuerzas políticas sobre el manido tema de la soberanía del pueblo español. El País Vasco, tras el rechazo recibido por el plan Ibarretxe también espera acontecimientos, pero pese a las presiones que sufre el Ejecutivo yo confío en que la sensatez se imponga definitivamente porque estoy plenamente convencido de que ni los ciudadanos españoles ni los franceses admitiremos compartir soberanía, ya que ésta, como el poder, ni se pide ni se otorga, y desde luego, señor Rodríguez Zapatero, nunca se reparte. Pretender insultar a la inteligencia del pueblo español afirmando que el concepto autodeterminación se ha transmutado del independentismo del siglo XIX a la cosoberanía del siglo XXI es de carcajada general. Sabemos que el PSOE se está preparando para el enésimo pacto con los partidos nacionalistas e independentistas y para conseguirlo tiene que contentar a unos y a otros. A sus bases para que no se le vea el plumero y a los nacionalistas e independentistas vascos y catalanes para que no se cansen del capataz inepto y le corten el grifo definitivamente. Dicho de otra manera, deben evitar a toda costa que las propuestas del PP, partido que representa a 10 millones de votantes, salgan adelante. Por eso Rodríguez Zapatero miente y embauca. Sólo hay que dar un repaso a sus famosas promesas electorales (Ministerio de Juventud, sindicatos para los cuerpos de seguridad, descuentos en el IVA en la compra de CD’s, viviendas asequibles a todos los bolsillos...). Al final se trataba simplemente de un truco para hacerse con el poder y desactivar la apuesta ideológica del Partido Popular sustentada en la idea de construir una España libre y dueña de su propio destino. ¿Quién se acuerda ahora de las promesas de Rodríguez Zapatero? El PSOE desde luego que no. Consiguieron lo que querían y ahora, al margen de lo de la cosoberanía, van a sacar de la chistera el siguiente conejo que no es otro que la negociación con ETA. Con esto no es difícil predecir que de ahí a la destrucción de España ya sólo quedará un paso. Que no se confundan ni intenten confundir a los demás queriéndonos hacer ver que la librea de mayordomo que porta Zapatero es la vestimenta de un hombre libre. Nacionalistas e independentistas son los que mandan, nos guste o no aceptarlo. Dicen que los pueblos tienen el Gobierno que se merecen, pero yo no creo que Collado Villalba, donde vivo y sufro los desatinos del Equipo de Gobierno socialista, ni tampoco España se merecen este castigo. Afortunadamente también veo a esa otra gente que da todo por nada y eso me recompensa. Hay jóvenes en Villalba, en Madrid y en España que son un autentico tesoro.