La necesidad de abrir un periodo de reflexión ante el proyecto del campo de golf de Moralzarzal

Cualquiera que conozca la Dehesa Vieja de Moralzarzal entenderá que ese privilegiado espacio, el gran ‘pulmón verde’ de esta localidad serrana, no es el más adecuado para crear en él un campo de golf, lleve o no el ‘apellido’ rústico. Por eso, que Izquierda Unida considere este proyecto como una “aberración” medioambiental no puede entenderse de ningún modo como una exageración, sino que estamos ante la simple constatación de algo que parece lógico desde cualquier punto de vista. En primer lugar, cabe recordar que el citado campo de golf supondría privar a los vecinos de un espacio natural único como es este, traicionando además el pasado de Moralzarzal, que ha visto desde hace décadas como la Dehesa ha sido uno de sus lugares de referencia.

Como en tantas otras cuestiones, se trata aquí de establecer prioridades, y desde el luego que el Ayuntamiento va en la dirección equivocada si pretende hacer de esta actuación, contestada abiertamente por grupos políticos y colectivos vecinales, una necesidad de la población. Ha tratado de vender el ‘proyecto’ como una oportunidad de desarrollo económico y foco de atracción de turismo, cuando en realidad se trata de un negocio de dudosa rentabilidad que supondría, de entrada, dar un primer mordisco a la Dehesa, propiciando que en el futuro pudiera ser víctima de otro tipo de actuaciones, como ya ha ocurrido en otros municipios de España y la Comunidad de Madrid.

Así las cosas, y con un Ejecutivo que no parece dispuesto a dar marcha atrás, es la Comunidad de Madrid la que debe pronunciarse abiertamente, teniendo en cuenta además que nos encontramos a las puertas del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. Urge abrir un verdadero periodo de reflexión acerca de este proyecto concreto y también, en líneas generales, del modelo de desarrollo que necesita el municipio de cara a los próximos años.