¿Molesta Henche? - Crisis en el PSOE de Valdemorillo

Julio Henche, pese a llevar varios años viviendo en Collado Villalba y dos legislaturas vinculado como concejal al grupo municipal del Partido Popular, es una persona un tanto desconocida fuera del entorno político. Abogado de profesión y político de vocación, sin prisas pero también sin pausas, ha conseguido hacer una profunda remodelación en la sede de un partido que estaba inmerso en una fuerte crisis de identidad tras perder, hace casi ocho años, la Alcaldía que durante cuatro presidió José Luis Peñalvo. Primero como presidente del PP y más tarde como portavoz del primer grupo de la oposición, Henche fue dando los pasos necesarios para, sin levantar muchas ampollas, emprender una profunda restructuración en la que los jóvenes se han convertido en importantes protagonistas. El candidato popular ya ha anunciado que “mi filosofía es de renovación y rejuvenecimiento”, es decir algo así como una bocanada de aire puro, lo que sin duda le va a venir muy bien a unos votantes bastante decepcionados tras los resultados producidos en los dos últimos comicios municipales.

Pero volviendo al inicio de este comentario y una vez analizado el largo e incomprensible silencio mantenido por los responsables de Génova a la hora de respaldar al candidato a la Alcaldía de una ciudad que cuenta con 60.000 habitantes y es una de las más importantes de la Comunidad de Madrid, las investigaciones realizadas por este periódico nos llevan hasta una presunta trama auspiciada por personas conocidas e influyentes de este municipio que, según hemos podido saber, han movido todos los hilos posibles para evitar que Julio Henche fuese proclamado cabeza de lista del PP. ¿Qué pretendían? ¿Qué temen estas personas para intentar zancadillear a este político? Estamos en Navidad y no creemos que éste sea el mejor momento para sacar nombres a la luz pública, pero en su momento los desvelaremos.

Y no vamos a cerrar hoy el tema de los alcaldables villalbinos, sin hacer mención de ADEI, una formación política que goza de muchos simpatizantes y que, según los sondeos telefónicos que mensualmente hace este periódico, cuenta con muchas posibilidades de obtener representación corporativa en las elecciones del próximo mes de mayo. Sin embargo, a día de hoy, aún se desconoce quién va a liderar estas siglas aunque todos los indicios apuntan a Alberto Sánchez, quien durante la actual legislatura ha realizado, pese a su representación minoritaria en los bancos de la oposición, una gran labor en defensa de los intereses de todos los villalbinos.

CRISIS EN EL PSOE DE VALDEMORILLO.- La denuncia presentada por la Ejecutiva del PSOE local ante el Comité de Peticiones del Congreso de los Diputados donde pedían “la depuración de responsabilidades del Ejecutivo que preside Pilar López Partida”, por considerar que la alcaldesa del PP había incumplido el pacto antitransfuguismo tras incorporar a las tareas de gobierno al edil independiente Miguel Partida, de cuyo voto se había valido para aprobar distintos temas relacionados con el urbanismo local, al parecer no fue consensuada previamente con los miembros del grupo municipal socialista de esta localidad, de ahí que el enfrentamiento entre estos dos sectores se haya recrudecido, paralizando cualquier posibilidad de acuerdo a la hora de elegir un candidato a la Alcaldía . “Esto obligará al PSM a tomar cartas en el asunto -me decía un simpatizante socialista- y los que asuman esta responsabilidad optarán por lo más sencillo, es decir enviar otra vez a un paracaidista desconocido de Madrid, como ocurrió con Luis García, para que encabece la lista”. Yo creo que con la experiencia vivida con el ex alcalde, Simancas no cometerá el mismo error, pero mucho me temo que como no tome medidas inmediatas el PSOE local va a salir muy perjudicado de esta crisis.

PAZ Y FELICIDAD.- Es obligado poner hoy el punto y final a esta sección hablando de Navidad, una fiesta con dos caras: la de la felicidad y la de la pobreza, la del jolgorio y la de la falta de recursos económicos para miles de familias que llegan a final de mes rodeados de precariedades en un país donde se prodigan cada vez más los dispendios y el despilfarro. Y son esas personas marginadas, esas que rondan todos los meses el umbral de la pobreza, a las que debemos ayudar y mostrar nuestra solidaridad para que puedan disfrutar de esas palabra mágica de pazyfelicidad, todo seguido y en minúsculas, porque desde nuestro punto de vista no es más que una demagogia cínica del léxico tradicional al uso durante estas fechas. Como bien dice nuestro asiduo colaborar, Víctor Corcoba, en uno de sus artículos “menos vivas en una mesa bien surtida y menos glorias por los progresos, porque aún tenemos que avanzar en humanismo para dejar el perro que llevamos dentro. Se me ocurre, que sería saludable empezar invitando a esos banquetes de postín y lentejuelas a algún pobre”. La invitación ahí queda, pero no creo que una sociedad cada día más vacía de sentimientos sea capaz de “dar cobijo al que pide posada o mesa porque todavía no tiene mantel ni pan”. Qué pena.