Iván Fandiño paga con sangre su triunfo en Las Ventas ante un bravo toro de Parladé
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Iván Fandiño, Juan Bautista, Diego Silveti y Juan del Álamo han cortado orejas en la segunda semana de la Feria de San Isidro. La de mayor peso, pagada con sangre, pero poniendo a todos de acuerdo, fue la lograda por Fandiño en la Corrida de la Prensa celebrada este miércoles en Las Ventas.
El diestro vasco sufrió una grave cornada de 25 centímetros atravesándole el muslo y dañando las arterias colaterales frente a un bravo toro de Parladé. Bravo también el de Orduña, a carta cabal, que toreó asentado, puro, siempre con la verdad, ofreciendo los muslos por delante ante un animal encastado y fiero. Comenzó la faena por estatuarios y luego con las zapatillas atornilladas en la arena trenzó excelentes series sobre la derecha, corriendo la mano con temple y por abajo. También al natural hubo pasajes soberbios. La cosa no era sencilla, el toro tenía mucha acometividad, pero a Fandiño poco le importó y se entregó sin miramientos. Tras un pinchazo, dejó una estocada de la que salió empitonado de gravedad. Orejón que paseó su cuadrilla. Así viene un torero a Madrid.
Otro toro bueno dentro del aceptable encierro de Parladé, que se movió mucho, cayó en las manos de El Cid. Un ejemplar con ritmo y calidad al que el sevillano entendió mejor en la primera parte. Bien dándole sitio y distancia y corriendo la mano con temple para luego atascarse la faena sobre el pitón izquierdo. Tras matar con efectividad saludó una ovación. Daniel Luque pasó de puntillas ante un lote manejable.
Si este encierro de Parladé dejó aspectos muy interesantes no podemos decir lo mismo del otro hierro de la casa, Juan Pedro Domecq, que lidió el jueves 16 una corrida descastada y sin ninguna emoción en una de las citas más esperadas del abono isidril. José María Manzanares sólo pudo dejar apuntes de su clase frente al noble primero, un toro muy a menos. De haber acertado con la espada quizá hubiera podido tener una recompensa mayor. No fue una tarde especialmente lucida para Morante de la Puebla ,que abrevió ante su segundo, escuchando una sonora bronca. El confirmante Jiménez Fortes, que se esforzó con el áspero sexto, debió aprovechar mejor la condición del único toro que se dejó de este descafeinado encierro, en el que por primera vez en esta feria se colgó el cartel de No hay billetes.
Posiblemente el cartel más esperado desde hace meses era el de la encerrona de Alejandro Talavante con seis toros de Victorino Martín el pasado sábado 18 de mayo. La expectación era máxima y la decepción también resultó importante. Falló el encierro enviado por el criador de Galapagar y también faltó mayor compromiso del torero de Badajoz, que sólo en contadas ocasiones llegó a sentirse a gusto y a entregarse como la ocasión lo requería. El ejemplar de mejor condición, por humillador y repetidor, fue el tercero. Talavante acertó a cogerle el sitio y dibujó naturales profundos y sentidos. Los muletazos de uno en uno a pies juntos tuvieron empaque. Tenía la oreja ganada, pero varios fallos con el verduguillo hicieron esfumarse el trofeo. A partir de ese momento pesó mucho el ambiente, el torero se vino abajo y no supo enderezar una encerrona que acabó en fracaso. Además, los victorinos carecieron de casta y emoción.
El domingo 19 se celebró una corrida de toros que sobre el papel no tenía muchos alicientes, pero que acabó siendo un festejo entretenido, en el que que se cortaron tres orejas de la mano de Juan Bautista, Juan del Álamo y Diego Silveti. La climatología, todo sea dicho, jugó a favor de obra, ya que la abundante lluvia y el granizo sensibilizó al público venteño para la concesión de los trofeos; en cualquier caso, el mérito de los tres toreros fue indiscutible. La corrida de Fermín Bohórquez dejó dos astados de buena condición y gran clase y también un remiendo de Carmen Segovia que fue extraordinario y con fondo, sin duda uno de los toros de esta feria. Juan Bautista lo toreó muy bien sobre la mano izquierda, con gran hondura, aunque no alcanzó las mismas cotas sobre la mano derecha. El formidable espadazo ayudó a la concesión del trofeo.
Juan del Álamo logró torear de capa de forma magnífica. Después, su faena tuvo momentos de gran decisión, pero pecó de torear algo periférico. Otra buena estocada le puso el triunfo en bandeja. El mexicano Diego Silveti cortó el trofeo más generoso de los tres merced a un gran inicio de pases a pies juntos cambiados por la espalda.
En la esperada corrida de Pedraza de Yeltes, jugada el martes 21 y remendada con un buen sobrero de José Vázquez, dio una vuelta al ruedo David Mora, que ofreció una buena imagen. Entendió bien a su primero, toreando con gusto y queriendo hacer las cosas bien. Mató bien a este y no volvió la cara frente a un sexto muy complicado. Eduardo Gallo comenzó bien ambas faenas, pero luego se mostró atenazado por los nervios, dejando escapar una oportunidad de oro para dar un impulso a su carrera.
Finalmente, en la novillada de Nazario Ibáñez destacó Gonzalo Caballero, que anduvo dispuesto y arrimándose, aunque falló con el acero.