Gran polvareda en Valdemorillo por la cubierta de su coso taurino

El artículo, que lleva la firma del director de esta publicación, José Carlos Arévalo, hacía especial mención a la construcción de la plaza de Valdemorillo. “La reciente historia de la plaza de Valdemorillo es un buen ejemplo”, indica textualmente. “Adjudicada su construcción, a través de una venta de terrenos, valorados a un precio mucho más bajo que el del mercado, el coso termina siendo un espejismo creado para justificar una injustificable operación inmobiliaria....”.
Arévalo también hace mención a la cubierta. Según las últimas noticias, la plaza no soportaba el peso de la misma y se han tenido que adoptar otras medidas. “Se construyó sobre terrenos de cantera, sin la cimentación necesaria, lo que imposibilita o encarece fuera de presupuesto la erección de la pactada cúpula, engendro arquitectónico demostrado por la reciente puesta en construcción de dicha bóveda... asentada en pilares anclados en los tendidos, ya que la estructura de la plaza ha demostrado su incapacidad para sostenerla...”
El reportaje no tiene desperdicio, ya que tiene aspectos muy a tener en cuenta: “La chapuza, estéticamente deplorable, funcionalmente impropia (a los toros se les saca del coso con una pala mecánica ó las columnas de la cubierta cegarán muchas localidades), se agrava cuando se sabe que la construcción de una sala de autoridades (?) y de un pequeño museo taurino para el que no hay fondos, origina una ampliación de la concesión al constructor -José Antonio San Román- hasta los 25 años. El cambalache se cierra con una residencia de ancianos para la tercera edad, en principio como compensación a la construcción de una plaza de hecho financiada por el Ayuntamiento a través de la mencionada cesión de terrenos, pero que a la postre termina en propiedad de la imaginativa e influyente constructora”. Pero el director de 6 Toros 6, también se hace estas preguntas ¿En qué benefician las buenas o malas artes del ladrillo a las corridas de toros? ¿De qué sirven los dineros de estos constructores metidos recientemente a taurinos...?.
Para terminar, el veterano periodista alaba otras vías de financiación de cosos de reciente construcción, “como los de Moralzarzal, el de Espartinas o Los Barrios, debido a la iniciativa privada, con claros beneficios para la Fiesta....”. Ése el camino.

Hipotecar el futuro taurino

Si la adjudicación de la construcción de una plaza de toros a determinadas promotoras es un peligro latente, mucho más aún lo es el plazo de concesión. Si el Ayuntamiento ha hecho una ampliación por 25 años (antes eran 12) por realizar varias actuaciones, el tema se alarga aún más y es un atentado sobre el futuro taurino del municipio. Y es que con estas concesiones el poder, la plaza es de la constructora y no del Ayuntamiento, que tiene las manos atadas y al que sólo le queda pagar la subvención para organizar la feria. Es algo grave y serio, ya que se está hipotecando el futuro taurino por un porrón de años. El poder de maniobra, por desgracia, no es el pueblo, sino del adjudicatario. El constructor se adosará un empresario (antes Ojeda, ahora Tomás Entero), y ellos serán los que decidan y tengan el poder. ¿Este es el precio que hay que pagar por tener una plaza de toros? Algo parecido ha sucedido en Navalcarnero. ¿Quién será el próximo en caer en la trampa? Hay algo que sí podrán hacer los responsables municipales, y es pasarse de gorrilla por los callejones de las plazas que dirige la empresa.