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Bárcenas tiene la llave del ventilador

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Que la casi larvada bomba Gürtel estalle en toda su magnitud cuando la popularidad de Rajoy está en mínimos, tiene de todo menos de casual. Y que Esperanza Aguirre salte a la palestra pidiendo cabezas, también. Está comenzando la demolición interna de Rajoy.
Todo el desgaste de la crisis pesa ya sobre él y, si hay que creerle, está a punto de comenzar la recuperación. Ha rematado en su práctica integridad el trabajo sucio del recorte y vuelven los que nunca le perdonaron un liderazgo que les excluyó. Quieren cortar el cupón del reflote, porque su única disyuntiva sería desaparecer para siempre.

Los escandalosos 22 millones escamoteados por Bárcenas -que fue el tesorero del PP nombrado y respaldado por Rajoy-, primero en cuentas suizas y ahora lavados en su mitad gracias a la mancillada amnistía fiscal de Montoro, son un torpedo contra el PP que apoya al presidente y se beneficia de los cargos derivados. Su onda expansiva provocará dimisiones y no va a parar hasta las urnas anticipadas.

Por más que lo repita Cospedal, un tipo como Bárcenas, que hasta hace unos días tenía en Génova despecho, secretaria, coche y parking, no es el pasado del partido. Y aunque lo fuera, el poder, siempre hereda la responsabilidad del pasado, sea el ajeno -como han repetido hasta la náusea con la herencia del PSOE- o, con mayor motivo, el propio. La presunta corrupción se generaliza. El presidente de la Comunidad de Madrid empezaba a hacer la política personalista y desafiante de Aguirre, su madrina, y le estrella en las manos un piso de lujo en Marbella. Antes de que se lo lleve por delante, reactivan la espoleta de Gürtel y la metralla salpica a un número indeterminado. Los sobres que repartía Bárcenas de 5, 10 y 15 mil euros, eran gratificaciones personales en paralelo con las sumas recaudadas para la financiación ilegal del partido. Todo figura en los registros del ex tesorero, que tiene en su mano la llave del ventilador. Las reacciones se polarizan de inmediato entre los que niegan ‘tajantemente’ haber recibido sobre alguno y los que piden cabezas ‘caiga quien caiga’. Demasiadas metáforas de la guillotina en tan solo un par de días.

El PP se ha desintegrado de repente, con violencia muy superior a la manejada por Rubalcaba (quien sabe si precavido ante los indicios de su propia voladura). El PP se ve deshecho por la vendetta de Aguirre y sus amiguitos, Cascos y Rato y cuantos fueron o se creyeron propietarios del invento. Visualizarían la demolición día tras día hasta que el factum de la política venal acabe con todo. Si Bárcenas publica las notas de su contabilidad, no habrá quien pare el descalabro. Y si nos la pública porque le pagan silencio con silencio, peor. Soraya parecía el jueves al borde las lágrimas emocionada con el asunto de los pisos baratos para desahuciados. Pero parece que los desahucios más sonados están al caer. De todo esto se habla y podría no ser completamente cierto.
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