José Tomás: tres tardes, tres acontecimientos y una cita histórica
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Sólo fueron tres tardes. Badajoz, Huelva y Nimes quisieron ser los únicos escenarios donde se pudo ver el toreo grandioso de José Tomás. No se puede considerar la suya una temporada, pero sí tres compromisos de un gran calado tanto artístico como social. A todos nos hubiera gustado verle hacer el paseíllo más tardes, indudablemente, pero cada vez que lo hizo fue para sentar cátedra.
Tres páginas de toreo eterno, tres tardes mágicas y cada una de ellas enmarcada en un gran acontecimiento. Tres tardes donde se agotó el papel. El único torero fuera de Las Ventas que es capaz de colgar el ansiado cartel de No hay billetes. Con José Tomás, la crisis da un pequeño respiro a todos los sectores.
Catarsis de torería
Con un vestido de purísima y oro cruzó el umbral del patio de cuadrillas el 26 de junio para medirse con El Juli y Juan José Padilla en Badajoz. El empresario Pepe Cutiño obró el milagro de juntarlos. No quedó una plaza hotelera en la ciudad y se agolparon aficionados de todos los puntos de España. Tres orejas y dos faenas distintas que pusieron los tendidos del coso boca abajo. Ante el quinto, con hierro de Garcigrande, se vivió una catarsis de torería, elegancia, suavidad y profundidad con una mano izquierda prodigiosa y una derecha de primor. Le acompañó en la salida por la puerta grande El Juli, que tampoco quiso quedarse atrás y compitió sanamente con el de Galapagar para no ser convidado de piedra.
Huelva fue otro acontecimiento. José Tomás y Morante de la Puebla en mano a mano. El 3 de agosto hubo otra peregrinación hacia la ciudad andaluza. Otro llenazo y un ambiente de lujo. Faena intensa y de acusada personalidad a un buen toro de Jandilla. Ligó los pases con una enorme quietud, seguridad y mando. Dos orejas. También cortó un trofeo a un toro de Victoriano del Río que le sirvió para sumar tres apéndices y salir por la puerta grande, mientras que Morante se tenía que conformar con un único trofeo.
El techo de la propia historia de José Tomás parece insuperable. Fue el 16 de septiembre en la encerrona en solitario que protagonizó en el Coliseum de Nimes. Lleno hasta la bandera para asistir a una auténtica tesis doctoral sobre su propia Tauromaquia. En esta ocasión, el torero rozó la perfección y consiguió 11 orejas y un rabo en la lidia de seis astados bien distintos. La guinda de esa memorable matinal francesa fue el indulto al toro Ingrato, con el hierro de Parladé y propiedad de Juan Pedro Domecq. Una faena completa y de gran torería con momentos soberbios, como también luego con un ejemplar de Victoriano del Río. La repercusión del festejo superó todas las barreras. Portadas de todos los periódicos nacionales y presencia en las televisiones generalistas.
Inyección económica
Hasta Nimes se desplazaron aficionados de casi una treintena de países, con gran presencia de franceses, españoles e italianos. Una gran inyección económica la ciudad gala, Badajoz y Huelva gracias a la presencia de un torero que arrastra las masas y pone a cavilar a sus compañeros de escalafón.
La Fiesta necesita a José Tomás. La afición también le aclama, consciente de que está ante un torero que tiene en sí mismo a su mayor rival. La entrega plena marca el rumbo de su trayectoria.
El futuro: la gran incógnita para 2013
El futuro de José Tomás para 2013 no está claro. Todavía no se han despejado las incógnitas. Nadie sabe si va a torear o no. Posiblemente ni él mismo.
El misterio es una de sus claves. Los empresarios de Sevilla ya ha dicho que le van a llamar, pero que no prometen nada. El culebrón de todos los años, aunque es complicado que haya fumata blanca. En Madrid se le espera como agua de mayo, y nunca mejor dicho. Los aficionados le desean y al empresario le vendría muy bien ante el temor de la pérdida de abonados. De momento, silencio. El apoderado, más callado que en misa de 12.
Ha estado en México y recientemente en Cádiz. Luce una barba generosa. A la Fiesta le vendría muy bien que toreara. Se le necesita y es una seguro de vida cuando las plazas están vacías. Que se lo piense bien. Seguro que sí.