De Galicia a San Lorenzo: un PSOE a la deriva
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Las elecciones del pasado domingo en Galicia y el País Vasco pusieron de manifiesto, por si alguien aún tenía dudas, el complicadísimo momento que atraviesa el PSOE, que aún debe superar en un mes la papeleta de Cataluña. Más allá de las lecturas particulares que pueden hacerse, hay un hecho evidente: los socialistas no han podido sacar ni la más mínima ventaja del desgaste que está sufriendo el Partido Popular como consecuencia de los ajustes y recortes que se han hecho en los últimos meses. No se trata sólo de nombres, sino una cuestión estructural, un problema de raíz que tiene que ver con un desencanto generalizado, con la falta de capacidad para conectar con la ciudadanía, con un liderazgo en precario y, sobre todo, con una alarmante crisis de identidad.
El caso gallego -o el vasco -y en unas semanas el catalán- pueden servir para ilustrar, con las lógicas diferencias, la situación del PSOE en buena parte de nuestra comarca, convertido en ocasiones en una formación minoritaria (un concejal de 21 en Torrelodones, tres en Galapagar), otras con una fuerte división interna (Collado Villalba), una dañina bicefalia (Alpedrete), o una preocupante deriva en donde el fin vale más que el medio y, por supuesto, también que el mensaje. Es lo que ocurre, por ejemplo, en San Lorenzo de El Escorial, con una dirección que vino precedida de una fuerte polémica y que desde hace meses vive instalada en el ‘todo vale’. El último episodio, por anecdótico que pueda resultar (y sin entrar en el fondo de la moción del PP que dio lugar a lo que desde las filas socialistas califican como una comedia), revela una vez más la extraña simpatía que mantienen el actual PSOE gurriato -que en las pasadas elecciones municipales obtuvo un engañoso resultado, dado que en esta localidad UPyD no presentó candidatura- y Alternativa Municipal Española, partido que encabeza un ex candidato de Falange. A la moción del PP acerca de una actuación concreta del portavoz de AME siguió la reacción de este grupo, algo que entra dentro de la lógica del debate político, pero también el sorprendente capote que el PSOE ha brindado a Carlos Zarco desde su página web. Evidentemente, en la vida política municipal se pueden llegar a compartir posiciones con grupos en principio antagónicos, pero lo que no se entiende demasiado bien es que los socialistas salgan al auxilio de un concejal que, ideológicamente, está en sus antípodas, utilizando expresiones como “caza de brujas” o “espionaje” para referirse a las críticas del PP a la actividad del citado edil. Y ahí, en esa peligrosa indefinición, en la reiterada torpeza de sus dirigentes, en las extrañas alianzas que se han fraguado antes en municipios serranos como Guadarrama o Galapagar -con resultados bien conocidos por desastrosos- o en una creciente tendencia a la demagogia (cuando no el guerracivilismo invocado recientemente a nivel regional por Tomás Gómez), radica en buena medida el problema de un PSOE que haría bien en enderezar su propio rumbo y recuperar su espacio si no quiere encallar definitivamente.