Los aullidos de Lobo Cojo

“Me advierten desde la redacción del periódico que muy pronto puedo convertirme, aunque sólo sea por unos minutos, en uno de los protagonistas de ‘Mi cámara y yo’, un programa que se basará en las esculturas y demás objetos que adornan las rotondas de la comarca y que Telemadrid emitirá en breve. También me cuentan que uno de los responsables de este espacio se ha sentido tan impresionado por la figura del ‘lobo’, como para intentar conocer su vida y milagros, de ahí la llamada hecha a la redacción de El Faro, donde no supieron darle muchos detalles sobre este personaje. Por eso, dice Lobo Cojo, lo haré hoy yo: “En una de mis habituales correrías por los aledaños del vertedero que lleva mi nombre, me encontré con un joven que dijo ser el alcalde del pueblo. Tuvo la habilidad, gracias a su fácil verborrea, no sólo de superar mi desconfianza inicial, sino de convencerme para que aceptara ‘residir’ en la frondosa glorieta que había mandado construir en la vecina carretera de Navacerrada.“A cambio, me dijo, te daré plenos poderes para que persigas las tropelías cometidas por los ‘depredadores’ que tanto daño hacen a nuestra ciudad.” Desde entonces, mis ‘aullidos, plasmados en esta columna, han servido para poner freno a muchos de los desmanes llevados a cabo por quienes ejercían el ordeno y mando en esta ciudad al considerarse los ‘amos del cortijo’. Me consta que JP ha renegado muchas veces del día que me hizo la oferta y tan cabreado continúa como para llevar casi dos años sin pasar por ‘mi’ rotonda. Y no es porque le de mal rollo el tanatorio, sino porque al parecer no quiere verme ni en pintura. Peor para él, ¿no?”